𝕷𝖆 𝖒𝖆𝖒𝖇𝖆 𝖓𝖊𝖌𝖗𝖆.

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—¿Él va a estar ahí? —El sujeto se sentó en la gran mesa de caoba.

A su diestra un tipo parecía estar demasiado concentrado con algún tipo de algoritmo en una computadora industrial. Él llevó sus ojos ante la pantalla negra con códigos negros, su compañero no se inmutó, solo dijo:

—¿Qué caso tiene ver algo que no entiendes?

Él sonrió reacomodándose en su sillón giratorio, ambas hendiduras al lado de sus mejillas se marcaron.

—¿Enserio me preguntas eso? Existe mucha belleza en cosas que no entendemos, y si las observamos y estudiamos quizá las entendamos —Se llevó su dedo pulgar al labio inferior y lo acarició con vehemencia—... pero, soy fiel creyente de que entender todo le resta belleza a las cosas.

—¿Cómo puedes ser el mejor de nosotros? —Su colega frunció el ceño ante tal bobería.

—No soy el mejor... ustedes así lo impusieron, solo soy un simple tipo que gusta de agujerear cerebros a una distancia considerable.

—Bueno, si eso es verdad... necesitas hacer esto lo antes posible —El chico de la computadora se quitó sus lentes y lo miró con seriedad—. Ese hijo de puta nos está cogiendo.

El agente alzó una ceja y miró con curiosidad a su compañero ¿Los estaba cogiendo? Si era sincero, le encantaría ser montado por la maldita mamba negra. Él era el único que lo había visto hacía un par de meses atrás en Rusia y joder, las curvas de ese chico eran de otro mundo. Había estado jugando toda la noche pocker con el joven de cabellera rubia, obviamente el chiquillo nunca supo que su contrincante y a quien había dejado ganar era el asesino más diestro en la interpol.

De repente una risilla traviesa salió de su garganta, el tipo a su lado volvió a hablar:

—¿Escuchaste?

—¿Qué?

—Eres un imbécil... ni siquiera pusiste atención.

—Lo siento. Estaba divagando en mis pensamientos.

—Te dije que ese hijo de puta va estar en el hotel a partir de las 12:00 AM, su reservación inicia a las 10:00 PM pero por el trayecto del aeropuerto al hotel calculamos que es hasta media noche que él estará llegando al lugar.

—Ok. ¿No crees que él me reconozca?

—No. Tu cabello ahora es castaño y lo llevas más corto. También aumentaste tu masa muscular, solo me preocupan esos malditos hoyuelos, no sonrías.

—¿Qué? ¿Cómo demonios esperas que haga eso?

—¡Joder! Solo irás a matarlo, no vas a tener una cita con él.

El moreno frunció su boca y formó algo parecido a una trompa de pato.

—¿Qué es esto? —cuestionó cuando su colega le tendió algo parecido a un pequeño audífono inalámbrico.

—Nos comunicaremos por este medio. Tus armas ya están listas en la parte de arriba, el jefe te desea suerte.

—En realidad no creo necesitarla.

Minho se giró y miró al de ojos café oscuro.

—¿Enserio, no sé cómo puedes ser el mejor en esto? ¡Eres un maldito ególatra!

CB97 sonrió mientras se ponía de pie, estiró su mano y alborotó los cabellos rubios de su amigo y colega.

Después abandonar la agencia, acudió al edificio que la agencia había conseguido hacía varios meses para llevar acabo la peligrosa misión.

ʟᴀ ᴍᴀᴍʙᴀ ɴᴇɢʀᴀ // ChanLixWhere stories live. Discover now