La historia de T/N. #1

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-¡AYUDA! ¡POR FAVOR, NECESITAMOS AYUDA! -una joven de aproximadamente 12 o 13 años de edad se encontraba al lado del cuerpo de un niño más pequeño, estaba demasiado asustada.

-Por favor... A-Akihiro... H-Hermanito no te vallas... ¡AYUDA! -ya con la voz quebrada seguía gritando como podía.

Algunos minutos antes...

-¡MALDITO NIÑO! ¡NO SABES HACER NADA BIEN! -una muchacha se encontraba gritándole a un pequeño

-¡Lo lamento mucho! Prometo que no volverá a pasar, p-por favor no me pegue... -el pequeño juntaba sus manos mientras suplicaba a la mayor no le hiciera daño.

-¿Quién te crees que eres mocoso? No eres más que un repugnante ser que llegó a mi vida por error, si tan solo no existieras yo seguiría con todos mis lujos. -la mayor dejó de gritar para después ponerse en cuclillas y así poder estar a la altura del menor.

-Arruinaste mi vida solo con tu existencia, así que no me pidas que no te golpee, yo lo voy a hacer si quiero, al fin y al cabo soy tu "madre" -hizo comillas con sus dedos al decir lo último, y tras decir eso le dio una fuerte cachetada al pequeño.

-E-Eso me d-dolió... -el menor tenía intenciones de llorar.

-¡CÁLLATE! -la mayor se levantó y pateó al pobre niño, seguido de eso lo siguió golpeando como pudo con sus manos, escuchar las suplicas y el llanto del menor solo la hacía enfurecer más.

La mayor siguió así hasta que unos golpes en la puerta se hicieron presentes, había llegado alguien.

-¿QUIÉN ES? -rápidamente fue hacia la puerta, mientras limpiaba sus manos ensangrentadas con la tela de su yukata.

La puerta se abrió, dejando ver quien era aquella visita, no era nadie más que su otra hija.

-¡Traje lo que me pediste, madre! -la joven miró con una sonrisa a quien le dio la vida.

-Te he dicho miles de veces que no me llames madre, estemos en público o en casa odio que me llames así. -tomó el mentón de la chica y la miró con ojos amenazantes.

-L-Lo siento, prometo que no volveré a decirle así... -la chica evitó el contacto visual con la mayor, pero al desviar su mirada y enviarla a otro lugar, se encontró con la escena más desgarradora que pudo haber visto, estaba ahí, su hermano pequeño, su razón de vivir, inconsciente en el suelo.

-¿¡QUÉ LE HICISTE!? -inmediatamente entró, dejando caer unos paños que llevaban envuelto algo, corrió hacia el pequeño y lo cargó en brazos como pudo. ¡ERES UNA BRUJA! ¡UNA PUTA!

-Cómo... ¿Cómo acabas de llamarme? -la mayor se dirigió hacia la que recién la había insultado, estaba a punto de pegarle cuando la menor salió corriendo de ahí.

Esas no eran más que verdades, aquellos menores eran hijos de una ex geisha, quien fue expulsada de la casa donde trabajaba tras haber quedado embarazada.

La mayor siempre odió con todo su ser a ambos hijos, sin embargo, le dieron la oportunidad de volver al enterarse los dueños de la casa que su bebé era niña, por lo tanto en un futuro les iba a servir, pero algunos años después, la geisha quedó embarazada nuevamente pero de otro hombre, y de nuevo fue expulsada, pues solo concedería un varón y ella ya no era requerida pues ya tenían a su hija; el padre del niño se dio a la fuga cuando le dijeron que tenía que hacerse cargo de su hijo.

Fue entonces cuando, la niña cumplió 12 años y la comenzaron a preparar para ser una maiko, pero la joven escapó, ella no quería ser vendida de esa manera. Tras esto, quedó esa pequeña familia en la pobreza, más razones para que la mayor odiara a sus propios hijos.

𝐒𝐮𝐬𝐩𝐢𝐫𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐚𝐦𝐨𝐫. Tanjiro KamadoxLectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora