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Como prometió, está usando algo sexy para el aeropuerto, y Jaebeom casi le arranca la ropa cuando regresan al apartamento, ya que no tienen planes para el resto del día.

El gemido entrecortado de Jinyoung hace que el mayor afirme sus manos en la camisa, quitándosela por la cabeza en lugar de rasgarla por el cuello para llegar a la piel debajo.

Ambos están tan emocionados y desesperados por finalmente estar de vuelta en los brazos del otro que ninguno de ellos dura mucho. Quince minutos de manos rápidas y fuertes agarres los tienen ensuciándose el uno al otro en la cama antes de levantarse para ducharse.

En el siguiente resplandor de tranquilidad, calidez y calma, se abrazan y murmuran acerca de cuánto se extrañaban con suaves palabras.

La próxima semana es Navidad. La primera juntos, y lo pasan solos en el apartamento de Jaebeom magníficamente decorado.

—¿Le pagaste a alguien para hacer esto? —le pregunta.

Jaebeom se sonroja cuando admite que lo hace todos los años porque no tiene él no tiene sentido de la moda y que se ve mucho mejor cuando lo hace un profesional.

Jinyoung se ríe de él, pero está de acuerdo en que se ve maravilloso: las suaves luces blancas del departamento arrojan halos sobre cada superficie, junto con colores rojo y dorado, como si el Rey Midas hubiera barrido la habitación. Incluso el árbol tiene un tema en los colores, con un fuerte olor a pino verde intenso que derrama cientos de hojas en el suelo mientras Nora golpea desafiante las decoraciones.

Se sientan uno frente al otro acurrucados en el sofá, vestidos a medias con el pijama que saben que se quitarán más tarde mientras disfrutan de su día libre.

El mayor, como prometió, no exagera con el regalo; Jinyoung lo había hecho jurar de arriba abajo que no iba a comprarle un montón de cosas ya que él no puede hacer lo mismo, así que solo suspiró y acordó mantener sus regalos al mínimo. Por ahora.

Lo que termina obteniendo Jinyoung es injustamente hermoso; en una caja que había desenvuelto, Jaebeom le había dado un suéter que había estado codiciando desde que lo encontraron en una tienda en Myeongdong.

"Este suéter es tan yo, hyung... ¿Verdad?"

Jaebeom había estado de acuerdo en que la prenda de gran tamaño con rayas se vería increíble sobre su cuerpo delgado, y casi se le tira encima cuando lo abre. Entre sus otros obsequios se encuentran un nuevo par de tenis, anteojos de sol, un par de pantalones cortos y...

Jinyoung cierra la tapa de golpe y su cara se enrojece, hasta que el mayor comienza a reír. Sus propios regalos están intactos entre ellos, esperando a que termine de desenvolver el suyo antes de comenzar.

—¡Hyung!

—¿Qué? —se ríe, recostándose sobre ambas manos con una ceja levantada. —Ábrelo

—¡Ya lo hice! ¡No puedo creer que hayas comprado esto!

—Lo miraste dos segundos, ¿Cómo puedes saber qué es? —argumenta, asintiendo con la cabeza. —¡Ábrelo por completo!

Realmente no lo necesita para saber qué es; había visto lo suficiente al abrirlo inicialmente para saber lo que la mente tortuosa de Jaebeom tiene reservado para ellos. Pero no parece que se vaya a mover hasta que lo abra por completo, así que aprieta los dientes y empuja la tapa hasta el suelo antes de sacar la prenda con ambas manos.

Es... puro. Tal vez ni siquiera sea una buena palabra para eso, ya que puede ver claramente la sonrisa de ojos brillantes a través de la tela mientras la sostiene entre ellos. Es un vestido, un diminuto vestido transparente, teñido de un elegante azul marino con tirantes finos y un dobladillo sedoso en la parte inferior que sabe que, una vez puesto, apenas le llegará a los muslos.

Bendita sea mi mala suerte [Bnior/JJP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora