Capítulo 13.

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Malfoy no aparece por el resto de la semana. Hermione no le envía una lechuza, ni siquiera se molesta en preguntarle a Blaise por él. Ella sabe que él necesita tiempo para meditar, para castigarse a sí mismo por besar a una bruja nacida de muggles que lo vuelve loco.

Llegar a él dolería más de lo que ayudaría.

Así que trabaja sola, progresando más lento de lo normal, tratando de instalar las paredes y los estantes sin la extraña pero considerable habilidad de Malfoy en la carpintería muggle. Ella comienza a preocuparse de que la tienda no esté terminada a tiempo para la fiesta de Daphne, pero sigue adelante de todos modos.

Cuando el Sr. Bimble viene para su revisión quincenal, Hermione miente y dice que Malfoy estuvo presente toda la semana y se tomó el día libre por motivos personales. El Sr. Bimble no cuestiona nada, solo le sonríe a Hermione bajo su bigote gigantesco, escribe notas en un pergamino y pregunta sobre la ética de trabajo de Draco.

El viernes por la noche, Hermione tiene otra pesadilla.

Es el olor lo que más la aterroriza; es casi como si no estuviera soñando, demasiado real para estar solo en su cabeza.

Olor a carne pútrida y podrida y perro mojado, una dulzura agria como una mascota que se ha revolcado en algo muerto. Y sangre metálica en su aliento.

Fenrir Greyback.

En el sueño, él la tiene de nuevo en el Bosque de Dean mientras los ladrones revisan la lista de hijos de muggles para ver sus nombres.

Penélope Clearwater, Hermione miente, tal como lo había hecho en la vida real, años atrás.

El hedor de Greyback está sobre ella, y es todo lo que puede hacer para no vomitar. Él susurra cosas aterradoras en sus oídos, historias de víctimas pasadas y lo que le hará si tiene la oportunidad. Su agarre es fuerte en sus brazos, doloroso y magullante, casi insoportable.

Luego, de una espesa niebla en la línea de árboles, aparece Draco. Está vestido todo de negro, pero sin ropaje de Mortífago. Sus ojos encuentran los de Hermione cuando emerge, pero su rostro no muestra ninguna emoción.

Es el pequeño Malfoy, Greyback se ríe como un lobo, su agarre sobre Hermione se hace más fuerte, exhibiendo su brazo derecho sobre ella. Hermione trata de llamarlo, le ruega con los ojos que la ayude, lucha en los brazos de Greyback para escapar, para correr hacia él.

Pero Malfoy no se mueve. Se encuentra de pie, justo más allá de la línea de árboles, observando a Hermione mientras sus ojos brillan con el pensamiento. Está tratando de decidir. Está tratando de elegir.

Ella grita por él, grita, se aleja de Greyback solo para que él la abrace más fuerte, mucho más fuerte.

La expresión de Malfoy ahora es de dolor, mirándola, pero sus pies permanecen plantados. Cuando una lágrima se desliza del ojo de Hermione, y cuando Greyback se inclina, su aliento putrefacto con olor a cobre en su rostro mientras la llama su 'hermosa sangre sucia': es entonces cuando Malfoy da un paso lento y vacilante hacia ella.

Y luego ella se despierta.

Es todo lo que puede hacer para no llorar, no solo por la pesadilla, sino porque todo lo que quiere hacer es contárselo a alguien, encontrar consuelo en los brazos de alguien.

El problema es que no es Harry, Ron o Ginny a quiénes quiere contarselo. Ellos harían lo mejor que pudieran, pero no entienden. Harry solo diría 'es solo una pesadilla, Hermione' porque sabe lo que es tener visiones en su cabeza que se vuelven realidad. Ron lo intentaría, pero realmente no entendería qué es exactamente lo que ella necesita; él trataría de distraerla con comida o bromas. Ginny sería la mejor opción de los tres, pero está de gira, preparándose para su partido de hoy.

Rosemary for Remembrance - dramione *TRADUCCIÓN*✓. Where stories live. Discover now