Rosemary for Remembrance - dramione *TRADUCCIÓN*✓.

Capítulo 16.

Ella sabe, cuando se despierta, que él se ha ido. Antes de que pueda abrir los ojos, siente la ausencia de él filtrarse a través de su piel como un escalofrío; si él se hubiera quedado, habría sentido su calor a su lado, incluso sin contacto.

Con los párpados como plomo, Hermione abre los ojos y los coloca en el espacio vacío a su lado donde Draco había estado la noche anterior mientras se quedaban dormidos.

Todo se precipita hacia ella, como un océano que regresa a la marea alta. Habían pasado tantas cosas ayer y, en ausencia de Malfoy, está luchando por permitirse creer que los hechos habían sido reales. Habían peleado, ella recuerda su uso repetido de 'No te soporto' y la forma en que ella se fue furiosa y lo dejó allí para terminar el trabajo restante en la tienda. Luego estaba su pesadilla y el subsiguiente ataque de pánico, que la había llevado a huir de regreso a la tienda para tratar de huir de las claustrofóbicas paredes de su apartamento. Luego, estaba el hecho pequeño y sin importancia de que ella había besuqueado a Malfoy y dejado que él la llevara al orgasmo con sus dedos la noche anterior antes de que se quedaran dormidos juntos en el suelo.

Su cabeza da vueltas con todo; confusión por la contradicción entre las palabras de Malfoy y sus acciones, por el hecho de que ella lo había dejado, no, quería que él la tocara de la forma en que lo había hecho, y tristeza porque ya no estaba acostado a su lado. Sobre todo, teme su estado mental actual. Conociéndolo, y la forma en que había reaccionado después de la primera vez que se besaron, era muy probable que desapareciera por una semana sin contactarla. Él podría actuar con ira, volver a ocluir e ignorarla.

Pero es la tercera posibilidad la que más la asusta.

Es la posibilidad de que lo que ella estaba sintiendo por él en ese momento, lo que había estado sintiendo por él durante meses, él también lo sintiera. Y si ese fuera el caso, Hermione no tiene idea de lo que sucederá a continuación.

Pero hay cosas más apremiantes de las que preocuparse. Cuando mira la hora, ve que son casi las nueve de la mañana. Se suponía que iban a sorprender a Daphne a la una, y ella necesitaba una ducha y un cambio de ropa antes de reunirse con los demás aquí para comenzar a decorar y preparar.

Se pone de pie con las piernas temblorosas, mirando alrededor una vez más a la tienda vacía, sus ojos se mueven rápidamente hacia el lugar en el mostrador donde Draco siempre pone su café.

Él no está aquí, se dice a sí misma, recogiendo su chaqueta y su edredón, echando una última mirada al espacio que la rodea.

No hay evidencia física de que ella y Malfoy hayan estado aquí anoche; ningún resto de su intimidad, ninguna prueba del pequeño juego que habían jugado.

Solo hay una extraña y nueva sensación en sus entrañas. Sólo están sus labios magullados y lo que seguramente serán mordiscos morados en los lugares de su cuello que él había devastado la noche anterior.

No sabía que podía ser así, que podía sentirse como se sintió la noche anterior, como Draco la había hecho sentir.

Es absorbente, increíble y alarmante.

Cuando regresa a su departamento, se mete en la ducha y bajo la cálida niebla, se siente casi culpable al lavar los restos de él que permanecen en su piel. Su olor, su toque, su beso, todo limpiado por el agua y arrastrado por el desagüe.

Su mente regresa a sus toques ilícitos y susurros sensuales, a la forma en que la había llamado hermosa y su honestidad sobre su marca. Él había permitido que ella lo viera; verlo de verdad.

Y le gustó lo que vio. A ella le gustó mucho.

Tal vez, Draco Malfoy no era tan complicado como siempre había pensado.