La luna se parece a ti.

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En esta noche tan fría, la luna esta tan bella como tú. Traté de evadirla y refugiarme en mi humilde morada, sin embargo, ella me persigue constantemente igual que tus recuerdos. Obviamente la luna no me persigue, siempre esta ahí, igual que tu presencia.

La Luna es impecable, hermosa, blanca, radiante y delicada igual que tu cara. Por lo tanto, la descripción no es errónea, pero hay que destacar que la luna tiene imperfecciones y por más que luzca casi perfecta nunca llega a ser lo (a diferencia de tu cuerpo).

Es una desgracia que el hombre moderno todavía tenga que tener un cohete espacial; además demasiados conocimientos (de matemática, física, astronomía...) para poder viajar a la luna. Esto significa que es un trajín énorme hacer ese viaje, tan costoso y con escasos motivos para llevarlo acabo. 

Por consiguiente mi amada, es para mí imposible estar contigo; poder contemplar tu belleza. Asimismo no quiero que me malinterpretes mí querida dama, ya que para mí es difícil emprender dicha aventura contigo.

Somos jóvenes inexpertos en el arte del amor y dudo que podamos llegar a un puerto seguro. Aún así te declaro mi amor.

Las nubes se interponen a la luna ocultando la grandeza de tu presencia, igual que mis metas. Ahora bien, soy un hombre que tiene una misión; que sí o sí debo cumplirla. Quizás no lo entiendas, porque tú estas tan lejos de esta tierra desierta.

Nací tan lejos de las estrellas, de los planetas más hermosos y de tí. Así que debo cumplir mis sueños para poder estar a tu nivel y a su vez viajar por toda la galaxia; visitar esos planetas (países) más hermosos.

Debo esforzarme en mis estudios para construir un cohete con la capacidad de poder llegar lejos. Por este motivo, cuando lo logré temo que sea demasiado tarde para nosotros. En otras palabras, aún que siempre veamos la misma Luna, estrellas y el propio firmamento, no lo haremos estando juntos.

Llegará un día en que un eclipse eterno te oculte y tu presencia se vuelva un bonito recuerdo del pasado. Por otro lado no es sencillo desprenderme de esos momentos que compartí a tu lado.

No quiero seguir escribiendo esto, porque me da la sensación de darte una puñalada en el corazón. Para culminar con mi sufrimiento de escribirte procedo a despedirme, pero no sin antes dedicarte una noche entera, observando aquella Luna que de algún modo me recuerda a ti.

Autor: José López.