Sentimientos fuertes

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Vengo de un año muy difícil. Bueno, ya sé, la pandemia mundial hizo que el 2020 fuera un año muy difícil para todxs. No me quejo. Pero fui de esas personas que no sólo se tuvieron que quedar en casa, sino que literalmente me tuve que quedar en la casa de mis padres en Viedma cuando podría haber estado tranquila en el departamento de CABA, donde vivo y estudio hace varios años. La pandemia me agarró pasando el verano con mi familia y sin poder volver. Mis hermanas y mi medio hermano también estaban ahí. A pesar de que la casa es bastante espaciosa, no teníamos lugar para todxs y terminé durmiendo en un sillón puesto en el pasillo que conecta las demás habitaciones. A todo eso se sumó la espera. Nadie sabía que iba a pasar con nada. En particular, los directivos de mi facultad consideraron que era prudente esperar lo más posible, no sé si por optimismo a que la cosa se calme o por una idea presuntuosa de que sin el trabajo presencial con materiales nuestras carreras carecían de sentido. Eventualmente tuvieron que ceder, pero ya había transcurrido medio semestre y las materias de arquitectura son famosas por no perdonar los tiempos acotados. Con lo que podía, en la medida en que conseguía los materiales necesarios, sacando fotos a las maquetas como forma de entrega, y dedicando muchas horas a aprender los programas de diseño digital (nunca habían sido tan indispensables como ahora) me las fui arreglando para sobrevivir. El ritmo era intenso. Pero tenía que seguir. El énfasis que hace la carrera sobre el trabajo en equipo tiene una consecuencia fundamental: si cae unx, caen todxs. Y no fue la excepción cuando nos tocó rendir el famoso y temido jury como todx estudiante de tercer año.

···

Este año fue muy diferente. Finalmente volví a Buenos Aires y pude reencontrarme con mis amigas de la facultad. También conocí a un chico. Habíamos empezado a hablar por una de estas aplicaciones de citas. Nunca las había usado pero un día mi hermana mayor me convenció de que las pruebe y me acompañó en todo el proceso de empezar a hablar con gente desconocida. Hablé con varios pero este chico fue el único que duró. Las demás conversaciones decaían o se cortaban de golpe con mensajes bizarros que no sabía como responder. Con él eso no me pasó. Terminamos hablando por whatsapp para arreglar y conocernos en persona. Hablábamos de vez en cuando y sin mucho detalle pero con seguridad. Nos vimos en una plaza cerca de casa ya que descubrimos que vivíamos en el mismo barrio a pesar de nunca habernos cruzado. Él había traído un par de latas de cerveza y estuvimos hablando un rato ahí en la plaza hasta que nos dieron ganas de ir al baño. La seguimos en un barcito pequeño muy cercano. Lindaba con la plaza cementada que es como la hermana fea de La Mafalda donde primero estábamos. Allí pedimos otras birras y nos quedamos charlando en un banquito hasta que oscureció. Nos quedamos un poco incluso cuando el bar claramente estaba cerrando temprano fruto de las restricciones horarias nocturnas. En un momento me dijo algo de mis aritos que no entendí muy bien pero comprendí que quería que se los muestre. Sus dedos rozaron mis orejas. Le conté que tenía una pequeña bolita de piel en la oreja derecha que siempre me pareció horrible, como un cuernito. Me dijo que le parecía tierno y que él también tenía una marca extraña de nacimiento en la oreja. El borde de su oreja izquierda tenía una pequeña hendidura como si se lo hubiesen cortado por error al nacer. Desde ese lado parecía un elfo. Mientras nos mirabamos acercó su mano izquierda a mi pelo y empezó a jugar sutilmente con él, estirando un mechón fino. "No sé si esto te molesta... no quiero incomodarte", me dijo con voz nerviosa."¿Te incomoda?". "No", respondí inmediatamente. Nuestras caras se aproximaron como por inercia. Nos besamos por un rato hasta que le propuse arrancar. Mientras caminábamos hacia nuestras casas me envolvió en uno de sus brazos y volvimos a besarnos. Esta vez con mucha más vehemencia. Un hormigueo intenso me sacudió de piez a cabeza. "¿Querés que vayamos a tu casa un ratito?". Asentí con un tímido cabeceo y mi cuerpo emprendió la marcha impetuosamente. Sentí como si me hubiera leído la mente.

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⏰ Last updated: Dec 31, 2022 ⏰

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