21. Duelo con Alen

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El don de la visión remota es la capacidad psíquica de recibir información o impresiones de un evento, persona, objeto o lugar que se encuentren a gran distancia.

Es perfecto para poder buscar a gente desaparecida, para saber que esta sucediendo en otro lugar.

Sirve tambien para saber que puede estar sucediendo a tu alrededor, sobre todo si eso es un peligro eminente.

Puede ayudar como un radar o alarma de aproximación de alguna amenaza.

Lo malo que muchas veces aquellas visiones te hacen detectable energéticamente.

Alen lo utilizó para mantenerse a salvo por mucho tiempo antes de que llegara a la pitonisa.

La vision remota lo mantuvo fuera del alcance para ser encontrado por agentes misticos.

La vision remota lo mantuvo fuera del alcance para ser encontrado por agentes misticos

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DONES Y MALDICIONES

CAPITULO:

DUELO CON ALEN

Nuevamente volví a la cabaña. Esta vez para encontrarme con un dilema por parte de Levican y Nahuel, el cual consistía en comer arroz blaco sin nada de acompañamiento o por otro lado comer un rico guiso de pollo.

Era obvio que en realidad a los que los chicos se referían, era que podia comer de su rico guiso y contarles sobre las pruebas o seguir con mi silencio y conformarme con el desabrido arroz.

Una decisión bien dificil, pues la propuesta era tentadora sumado el hambre con el que me encontraba.

Ellos no se esperaban que les propusiera una tercera opción, la cual era simplemente ir como visita inesperada hacía la cabaña de las chicas y almorzar con ellas.

Con un poco de pudor toqué la puerta y Agel gue quien me abrió, de forma desesperada tambien me invadió con preguntas sobre mi mañana, pero para suerte mia, fui salvado por Sayen.

- Vamos, Agel, no lo estreses mas -dijo la chica de los ojos esmeraldas tomando mi mano y llendo juntos directamente para su cuarto.

- Disculpen si les cause alguna crisis de ansiedad por preguntar solo como estaba después de la segunda prueba - dijo la chica sarcásticamente.

Era la primera vez que entraba en su habitacion. Estaba invadida por un lindo color verde que resaltaba en sus paredes, eso si, no tanto como el gran arbol que estaba dibujado en la muralla que daba con la cabezera de su cama. Ademas de eso habian varios colgantes de madera que estaba repartidos por todo el cuarto y una gran cortina de conchuelas que separaban el baño de su dormitorio.

- siéntete como en casa, voy por algo de comida para ti y enseguida vuelvo -me dijo saliendo rapidamente de su cuarto.

Me asegure de ir hasta el lavamanos y mojar mi rostro y peinar de forma inutil mi pelo. Examiné mi rostro brevemente para asegurarme que lucia bien y luego me volvi a sentar en la cama con mi mirada perdida entre los rincones del dormitorio simulando que no habia hecho nada. Ella entro rapidamente con una sonrisa en su rostro y con un gran trozo de pizza y un vaso de jugo de manzana.

Dones y Maldiciones Where stories live. Discover now