prólogo

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Narrador.

El sol golpeó su cara, y su vida vio otro despertar matutino.

Abrió sus ojos color miel lentamente, como si el hacerlo muy rápido haría que una consecuencia inminente lo atacará furtivamente.

Se sentó en la cama y masajeo lentamente sus pómulos, intentando despertarse totalmente. Abandono la cama y fue hacia el baño a un lado se la habitación. Hizo sus necesidades y lavo su cara, coloco alguna crema hidratante y salió a la cocina.

Hizo un desayuno rápido, el cual consistía en café con tostadas. No era muy elaborado, pero era muy bien recibido por su cuerpo, más en esas mañanas... Y más cuando se levantaba con sus "humorsitos" segun sus cercanos.

Peino su cabello con sus dedos, para después hacerse un rodete firme y cómodo.

Le gustaba llevar el cabello largo, le daba su toque personal y único, pues no sé llevaba mucho en la época en la que el joven existía.

- ¡Muy bien!- exlamo levantándose de la silla, en un tipo de saludo que el solo hacia, como si quisiera decir "¡Hola mundo!"-. No esperaba que uno de mis primeros trabajos fuera ir a un pueblo y liquidar una fábrica de tartas... igualmente suena interesante.

Tomo sus cosas, junto a una pequeña maleta para después irse de su linda casa, la extrañaría, pero no es como si no volviera a ella. Después de todo era un trabajo de ida y vuelta.

Sus contactos le informaron que una rubia se habia adueñado de la fábrica junto a otras tres personas de las que no se tiene avistamiento alguno. Al parecer era una "pariente" lejana del el "gran Jack Horner", por lo que al ser la única familiar viva, con una jugarreta sucia se quedó con el lugar.

El sabía muy bien lo que pasaba. Era algo que pasaba muy seguido, las leyes y el control de las cosas no es muy bien llevado en su totalidad, por lo que con simples papeles falsos, algunas personas encontraban la manera de hacerse con propiedad ajenas. Normalmente de personas ancianas y ermitañas de las que las personas no tenían ni idea de su árbol genealógico. Por lo que era tan fácil como llegar mostrar sus "documentos" y empezar a vivir allí como si nada.

Miro un segundo el vidrial con el que se topo, viendo la ahora pequeña sicatriz en su mejilla, aún tenía presente en viva memoria el como logro escapar de la muerte esa horrible noche... No le gustaba admitirlo para si mismo, pero... Aveces sentía que alguien lo miraba desde ese accidente.

- gente enferma, aprovechandose de la muerte de la gente para quedarse con sus cosas. Vergüenza debería de darles.- volvió la mirada a sus manos dónde  sostenia un carpeta fina y de color turquesa.

Leía atentamente lo que decía, mientras entraba en un pequeño local para conseguir algunos papeles, además de toda la información de la familia Horner. Si de algo estaba enterado, es que esa propiedad ya era propiedad del banco si algo le pasaba a el señor Jack, por lo que esa fábrica ya estaba en la mirada de gente poderosa, pues el dueño era un criminal al que sus días se les fueron contandos.

Tomo un barco en dirección al pueblo, esperando que no fuera muy difícil el caso. En realidad era fácil, solo tenía que mostrar información y demás cosas, le iba a tomar muy poco tiempo, lo que le frustraba era alejarse tanto de su pueblo de origen.

el gato con botas. (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora