「 04 」

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Jaebeom siseó, tocando la herida en su pecho y deduciendo que eso dejaría una buena cicatriz en su pectoral. No era nada mortal, pero sí lo suficientemente profundo para que la advertencia quedara más que clara.

Miró hacia atrás, el otro lado del río donde empezaba su territorio, y decidió que quizás lo mejor sería regresar y buscar otra frontera donde cruzar al territorio del pelinegro, ya que por ese lado había detectado su presencia.

El hecho de que lo emboscara automáticamente decía que lo había estado esperando, y que sabía perfectamente que cruzaba por ese lugar.

Sin embargo, algo captó su atención.

Olisqueó el aire por instinto y sus orejas se movieron para captar más sonidos, al mismo tiempo que sus ojos enfocaron algo rojo al borde del río en el otro lado.

Aquello era sangre.

Saltó ágilmente hacia el tronco y miró nuevamente al cuerpo frío del Alfa. Con un bufido lo empujó, haciendo que cayese al agua y la corriente se lo llevase. Con eso fuera de su camino cruzó hacia el otro lado.

Se agazapó, sus sentidos maximizados a medida que se acercaba cada vez más al sospechoso bulto, el cual parecía haber sido arrastrado hasta una roca cerca de la orilla. Una vez que la distancia se acortó un poco, pudo distinguir un cuerpo.

Era otro híbrido.

Sin dejar la cautela, terminó de acercarse, pudiendo analizar mejor a la otra criatura.

El hombre estaba inconsciente, y combinadas con su piel morena parecían haber brillosas escamas negras. Su firme agarre a la roca era lo único que evitaba que el inclemente río lo arrastrara hacia abajo, pero podía ver como, en tan solo algunos minutos, sucumbiría a la incesante fuerza de la naturaleza.

Bufó, analizando sus posibilidades.

No le gustaba para nada la posibilidad de que sobreviviera y dejar a un tipo rondar por su territorio, así que tranquilamente podría empujarlo y que el agua hiciese el trabajo por él. Por otro lado, podría hacer del muchacho un gran bocadillo, aunque algo dentro de él se retorcía al pensar en comer otro híbrido, aunque fuese claramente de otra especie.

Se giró dispuesto a darse la vuelta e irse, pero un quejido lo detuvo. Mirando sobre su hombro, notó como parecía querer despertar, tratando de arrastrarse más cerca de la orilla, luchando débilmente contra el agua y murmurando palabras a mitades que se perdían en murmullo de la corriente.

Jaebeom bufó, molesto consigo mismo por lo que estaba por hacer. Sin embargo, terminó por agacharse y tomar los anchos brazos del moribundo.

Tironeó, utilizando más fuerza de la que le gustaría admitir para mover al pesado hombre, y logró dejarlo en el musgo y lodo a las orillas del río, siendo reparados por la sombra de los enormes árboles.

Notó en ese momento la mirada perdida del hombre, identificando unos ojos amarillos con pupilas en ranuras verticales. Era un híbrido anaconda.

Gruñó desconfiado.

Las anacondas y los de su especie no se llevaban exactamente bien, siendo que competían por ser los mayores depredadores de toda la selva.

Curvó sus garras, completamente listo para que en el caso de que fuera necesario, pudiera atacar certeramente al hombre en frente suyo.

Lo vio toser duramente, escupiendo agua en el suelo y tratando de liberar lo más posible sus pulmones.

—G...Gracias... —logró modular con la voz ronca y rasposa.

Pretty Savage [Bnior/JJP]Onde histórias criam vida. Descubra agora