「 08 」

552 83 17
                                    


Todo culminó tan solo unos días después.

Una tormenta eléctrica azotó la selva. Los truenos se escuchaban en la lejanía acompañado por el constante sonido de las gruesas gotas de lluvia azotar las ramas de los árboles.

La tierra estaba tibia, el río había aumentado su cauce y las diferentes aves cantaban para complementar la sinfonía de la naturaleza.

Jaebeom se sacudió, quitándose el agua de los ojos para tratar de ver mejor a su presa: un caimán negro que reposaba en una isla de arena en medio del río.

La lluvia ayudaba a aplacar su aroma y el lodo fresco a ensordecer sus pesados pasos. Y fue en un instante que saltó para atacar en su forma felina.

La criatura giró y siseó, tratando de liberarse de sus garras, pero no había caso. Con un feroz mordisco en el cráneo del lagarto, dio por finalizada su caza.

La sangre se sentía caliente en contraste con las frías gotas de la lluvia mientras arrastraba el enorme cadáver hacia la orilla del territorio de Jinyoung.

Habían pasado un par de días desde la última vez que había visto algo del Omega, y aunque sabía perfectamente que podía defenderse de casi cualquier amenaza sin problemas, quería asegurarse de que realmente estuviera bien.

Maldita sea.

Su instinto Alfa realmente estaba convencido de que Jinyoung era su Omega.

Fue una suave brisa, quizás, lo que hizo que lo sintiera. No muy fuerte, pero lo suficiente para que su nariz captara el indiscutible aroma.

Un Omega en celo.

Gruñó, sus cabellos erizándose y sus pupilas dilatándose a medida que olisqueaba el aire en busca de obtener más del cautivador aroma. Era como las frutas frescas y el petricor, pero entremezclado con un subtono más dulce y atrayente.

No lo pensó dos veces.

Con un ensordecedor trueno que opacó su rugido feroz, comenzó a correr por la jungla.

La sangre en su boca no era suficiente para opacar el dulce aroma del camino de feromonas que el Omega había dejado y, nuevamente, se halló en la base de la cascada en el centro del territorio.

Entonces, las vio.

Quizás era la lluvia lo que hacía que se reflejaran, de una manera tan sutil, las marcas de garras en la pared de piedra. Pero estaba claro que antes no las había visto.

Finas líneas blancas que trepaban varios metros a lo largo de la empinada pared, empapadas por la tormenta, guiaban hasta la rama de un árbol que sobresalía de las rocas, desafiando la gravedad.

No dudó en saltar.

El trabajo fue mucho más arduo de lo que se imaginaba, demostrando una vez más la destreza del jaguar negro para trepar y utilizar sus músculos a su favor.

Por supuesto que su nido no estaría en un lugar fácil de alcanzar, Jinyoung era la viva definición de un desafío.

Resbaló un par de veces, terminando de nuevo en el suelo con sus músculos adoloridos, pero al tercer intento lo logró. Utilizando la fuerza de sus piernas para impulsarse, Jaebeom trepó por la empinada pared de piedra, aferrándose a los leves desperfectos en esta para alzarse y llegar a la rama del árbol.

Desde allí observó a sus alrededores, buscando una pista de hacia dónde seguir.

Sonrió maniacamente al ver la entrada de una cueva, escondida detrás de la cortina de agua de la cascada. Desde ese punto podía ver el pequeño risco de piedra, lleno de marcas de garras, las cuales guiaban hacia adentro.

Pretty Savage [Bnior/JJP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora