único

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el brasileño es consciente de los gritos en su contra cuando es expulsado del partido luego de las dos faltas que le marcaron y su inevitable tarjeta roja. los insultos son variados, no puede entender varias de las palabras que la gente en la tribuna le escupe, pero sus rostros enojados hablan más que sus bocas. suelta una risa amarga, recordando la acidez que sintió la primera vez que escuchó al parque de los príncipes maldiciéndolo, pero ya no le sorprende, ni siquiera se inmuta; ha pasado desde su primer año allí.

entró por el túnel de camino a los vestuarios, a los alrededores no hay nadie más que algún que otro guardia de seguridad que no están interesados en el fútbol y ni siquiera le brindan la mirada. internamente lo agradece, porque no quisiera que alguien le dirija la palabra mientras su pecho se presiona en una amargura que está seguro que permanece ahí desde ese partido final en catar contra croacia, las palabras no podrían salirle con amabilidad.

las semanas continúan de la misma manera, sintiéndose abucheado aun cuando jovencitos gritan su nombre en busca de un autógrafo, siente que son más los que silban sus errores que los que alaban sus asistencias. sonríe cuando la euforia del partido lo llena, marquinhos palmea su espalda luego de los enfrentamientos y se siente acompañado, pero todavía cuando se ríe por los chistes del marroquí y del defensor español durante los entrenamientos, siente que falta algo ahí. quizás alguien.

pensó que era una mala racha por el mal sabor que su temprana eliminación en el mundial le dejó, no era el único, aún notaba la desmotivación en los vagos movimientos del capitán del equipo parisino y sus compañeros brasileños le habían dejado saber por mensajes que estaban igual o peor que él; pero cuando kylian se le acercó a darle un corto abrazo y a recordarle que tuvo una increíble actuación en la copa del mundo y que lamenta lo que pasó en cuartos, ya no siente ganas de llorar al recordar el tema, entonces no sabe qué puede causar el mal genio que lo acompaña esa semana.

siente que su mente comienza a saturarse cuando se da cuenta que está pensando demasiado, así que suelta un pesado suspiro decidido a animarse él mismo porque nadie todavía lo ha logrado. amarra bien sus botines y se acomoda la larga pantaloneta apretada que usa frecuentemente durante los entrenamientos. sale del vestuario y pronto alcanza a sus compañeros de equipo en el campo para calentar, sin dejar atrás las escandalosas risas, los empujones y los bailes que animaban un poco la sesión.

"mañana se reincorpora leo a los entrenamientos" escucha a uno de los asistentes técnicos gritar, causando que todos los presentes, incluyendo a un cabizbajo mbappe, aplaudieran y soltaran pequeños virotes. neymar no se queda atrás en festejar la noticia, sus aplausos son los más fuertes entre todos, como si leo ya estuviera ahí y festejara su inminente llegada; patea suavemente la pelota entre sus pies y siente sus mejillas estirarse en una amplia sonrisa de tan solo imaginar estar nuevamente en paris con el actual campeón del mundo.

varios notan su ligero cambio de humor: cuando corre más, abraza a varios y mantiene esa risilla en su boca que marquinhos juraba no haber escuchado desde hace unas semanas atrás. ese día la rutina termina agitada, con una ligera ansiedad en el ambiente porque no puede esperar que el día también se acabe y llegue leo al centro de entrenamiento; neymar observa torpemente a sus costados para asegurarse si él no era el único desesperado, pero parece que sí lo es.

la sesión de entreno acaba tarde aunque el horario no sea extenso, pero las buenas vibras que varios de los integrantes del equipo sintieron durante la duración del día los mantiene tocando el balón hasta la hora donde el frío inmoviliza los dedos de sus manos descubiertas. neymar disfruta de patear tiros libres contra el portero costarricense y tirarse al suelo de la vergüenza cuando el esférico golpea bruscamente el travesaño, kylian ríe un poco más ahora y se lanza encima del brasileño para burlarse de él y de su momento de mala suerte; a manos de sergio ramos, el joven marroquí se vuelve menos tímido, así que acompaña al resto de sus compañeros en el júbilo vespertino.

 mi corazón descansa; neymarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora