PRISIONERO

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Los días pasan sobre mí y a veces a penas los llego a notar, muy pocas veces puedo salir de mi jaula a ver el exterior.

No conozco a muchas personas que vivan fuera de este horrible lugar, me temo que mi vida acabó antes de comenzar, mi nombre es Anthony Ferrara, cuando tenía 15 años mi padre me vendió a un proxeneta de nombre Valentino Ferrara, ya que al parecer mi padre le debía un dinero de una apuesta, mi padre siempre estuvo interesado en deshacerse de mi persona en cuanto notó que yo me comportaba como un "marica" en palabras de él.

Al principio me pareció esplendido que me dejará ir puesto que me sentía oprimido por él en cuanto a mi manera de ser, asi que falsamente creí que era libre cuando él me acepto.

Recuerdo muy bien cuando llegamos a esta jaula en la que me mantendría como claramente mi edad no era legal para nadie mentiríamos sobre mi nombre y mi edad eso él me lo dejo en claro justo luego de acariciar mi rostro.

Luego de buscar un nombre adecuado para mi encontró el famoso Angel Dust o polvo de Angel ya que me decía que mi cabello albino y mi apareciencia suave se lo recordaba, luego me dijo las reglas de estar en su "poder", la primera era que no podía salir los días en los que debía trabajar ya que si iba a estar viviendo bajo su mismo techo debía ganarme mi estadía, la segunda es que si no veía frutos me tiraría a la basura, no entendía realmente en ese momento a lo que se refería, estaba prohibido llamar a la policía que cualquier problema debía resolverlo frente a frente y la última que debía entrenarme para servirle, por lo que también me había pedido me desvistiera, tímidamente accedí, nunca había estado desnudo frente a nadie, me sentí brutalmente avergonzado, luego de ello me pidió que me acercara minutos después de acercarme me hizo suyo marcando cada centímetro de mi piel como suya.

Luego de algunas semanas la situación con este tipo fue cambiando mostrándome realmente la verdadera cara de Valentino el proxeneta, quien me golpeaba cuando fallaba e incluso cuando no tenía ganancias de parte mía, me sometida a su abuso, tomaba todo de mí estuviere o no de acuerdo con ello, como en este mundo nada te detiene de probar cosas nuevas me introduje al mundo de la drogadicción en donde conocí a mi fiel amiga la cual se llamaba como mi seudónimo, Angel Dust la droga, por un momento me hacía sentir en las nubes mientras duraba su efecto para a la mañana siguiente volver a sentirme vació y miserable, luego de varios años en una de esas salidas la cual realicé en honor a mi estúpido cumpleaños me topé con mi amiga de la infancia Maeve Taylor, la pelirroja pecosa pero explosiva por lo que la apodamos Cherri bomb, ella es de nacionalidad australiana asi que teníamos algo en común, no somos originarios de este maravilloso país, la misma me llevó hasta su casa encargándose de mí hasta el día siguiente, Maeve nunca demostró un interés romántico en mi antes de que se hagan una mala idea, además ella y mi hermana me aceptaban como era si "afeminado".

La misma parecía sinceramente alegre de verme, ella era de las pocas personas a las que le había tenido algo de afecto, le conté todo lo que había pasado en esos años y lo miserable que me sentía por tener que vivir esa vida, ella bromeo conmigo con el afán de hacerme sonreír diciéndome que en algún momento llegaría mi caballero de reluciente armadura a rescatarme, claramente eso me pareció estúpido e increíble. Pasé un tiempo considerable con ella como para notar la vaga casualidad en la que se quedaba como tonta mirando por la ventana exactamente cuando una dama morena de rasgos latinos ingresaba al apartamento de al lado según me confirmó ella estaba enamorada de esa hermosa joven latina me dijo que su nombre era Vagatha Fernandez una Salvadoreña que se había mudado algunos meses atrás a la casa frente a la de Cherri, según lo que me había dicho muy rara vez cruzaba palabra con ella, solo para saludar o preguntar algo muy trivial, más o menos pude verla sin embargo debo admitir que si me gustaran las mujeres sería alguien con quien hubiese intentado coger, era una belleza morena, cabello largo tintado de blanco con purpura y un hermoso ojo cuyo color de su iris era verde y un parche en el ojo izquierdo, no era muy alta y tenía un escaso pecho pero vaya que tenía buenas piernas y su voz era fuerte y firme definitivamente si fuere hetero ella sería mi tipo de mujer perfecta, solo podía reír oír los suspiros de resignación que realizaba puesto me había dicho que parecía no patear con la izquierda para no tener que verla suspirar por una chica que ni atención le ponía decidí ir con ella esa noche a mover el bote a una disco cercana, Cherry me presto algo de su ropa que se habría estirado por un mal uso, pronto llegó la noche y con ella el permiso para excederme nuevamente hasta más allá de los limites, mis ojos observaron aun tipo lo suficientemente atractivo como para que valiera la pena mis buenas y completamente desinteresadas acciones para con mi mejor amiga, me acerqué a él no podía evitar sentirme atraído hacia él, cabello castaño, tono de piel bronceada, ojos color avellana, pero antes de que siquiera volteara a verme noté a una linda rubia que se acercaba a él completamente decidida a entrarle por los ojos y tal vez a su cama pronto noté como el la saludaba con molestia podría engañarla con esa sonrisa pero no a mí, sabía lo que era poner una sonrisa fingida por lo que me acerque y la hice a un lado.

-hola guapo está libre este asiento ¿verdad? -

La dama tras de mí carraspeo con fuerza haciéndome notar su molestia, claramente ignoré completamente a la dama en cuestión y me centré en ese bombón frente a mí, me puse nervioso cuando lo vi reír.

-Mimzy ciertamente no puedes enfadarte con él, te recuerdo que aquí las sillas no tienen nombres escrito y verdaderamente eres algo lenta para caminar. -

Al escuchar su voz quedé completamente peor que cuando simplemente me senté, era bastante atrayente.

-en fin, yo ya me iba Mimzy querida, disfrute del lugar mi afeminado amigo-

Se puso de pie y me dejó allí sin palabras, había sido rechazado sin decir absolutamente nada, no me pondría de pie me daba vergüenza que todos vieran que la razón de la que me había movilizado hasta allí era simplemente la misma que me acababa de mandar al carajo sofisticadamente, pronto no te que alguien acercaba un trago frente a mí.

-toma niño, no eres al único, ni al primero que él rechaza asi de mal ese bastardo hijo de puta. -

Me ruboricé no por lo que el caballero frente a mi había notado sino también porque era inmensamente más apuesto que el anterior y por lo que podía ver era mucho mayor que yo, sus vetas platinadas me lo decían, además de algunas cuantas arrugas, pero no le restaban encanto.

-emm gracias, supongo necesitaré algo más fuerte, nunca me habían dicho que no sin siquiera yo haber dicho nada-

Fingí sentirme bajoneado, pero la verdad que ahora valía la pena con tal de estar con aquel caballero, el mismo me sonrió con suavidad y luego encendió un cigarro ofreciéndome luego uno.

-dime ¿fumas niño? -

Asentí tontamente para luego tomar uno de los cigarrillos que me extendía, encendí el cigarro y lo acerqué a mis labios dejándolo marcado con el brillo de mi labial rojo.

-no te sientas mal, ese tipo nunca se le ha aceptado a ningún caballero, singularmente lo hace con las chicas como la que acabas de ver luego de una noche rápida las olvida y finge recordar su nombre, realmente no las valora lo suficiente como para recordar sus nombres, ya sabes es solo un mujeriego, le aplaudiré a la que lo ponga de rodillas y logré calmarle ese egocentrismo que se tiene, en fin ¿tienes nombre niño? -

Asentí muy tontamente y sonreí por primera vez en la noche.

-mi nombre real es Anthony, pero todos me dicen. –

Antes de que pudiera siquiera decir mi seudónimo logré escucharlo en alguien más detrás de mí, en la voz de mi peor pesadilla, quien tomaba asiento frente a mí.

-Angel Dust, querido ¿Dónde te habías metido?, sabes te he extrañado tanto que no puedo ponerlo en límites de tiempo. -

Pronto mi pequeño paraíso se habría teñido de infierno, la sonrisa que ocultaba las intenciones dolorosas de mi proxeneta me hizo suspirar.

-oh Husk, no te había visto, ¿Dónde está tu dueño? ¿Cómo es que se llamaba? -

El caballero le miro de manera furtiva se notaba el brillo del odio en su mirada.

-Husk solo me llaman mis amigos a quien yo elija, para usted mi nombre es Helios, segundo no soy mascota de nadie solo estoy en deuda con Alastor y tercero a usted ¿Qué le importa? -

Quería pedirle ayuda al joven frente a mí, pero poco pude hacer, Valentino pago mi cuenta y me tomo del brazo fuertemente, me despedí con una mirada fugaz de mi querida amiga Cherry, la misma observó con furia a Valentino.

-Dile a Al que se está desperdiciando, puede cobrar una buena suma de dinero por lo que el hace de gratis. –

Luego de ello ingresé a la limosina con Valentino, sabría que en los próximos meses no podría volver a salir de mi prisión y Valentino sobre exigiría dinero por mi larga ausencia, algo que de fijo cobraría con sesiones brutales de sexo forzado conmigo y poniendo a mendingar en las calles, lo supuse en el momento en el que posó su mirada en mí.

-ya sabes Angel cakes me temó que debes pagar el precio de hacerme extrañarte-

 Y luego de esa frase supe que mis suposiciones tomarían forma de acciones en ese mismo momento.

FRAGMENTOS DEL CRISTALWhere stories live. Discover now