Boomerang

Prólogo

Eros

"Si la base nitrogenada en el ADN es una C (citosina), la complementaria en el ARNm es un G (guanina).

Si la base nitrogenada en el ADN es una G (guanina), la complementaria en el ARNm es un C (citosina)".

Que alguien me mate, por favor.

No tenía muy claro en qué momento la asignatura de biología había pasado de los animales vertebrados a lo que sea que fuera esta mierda, pero ya tenía demasiadas cosas en la cabeza como para planteármelo.

Faltaban escasos minutos para el examen, y era clarísimo que necesitaría mucho más que un milagro para aprobar.

En resumen: estaba jodido. Muy jodido.

De repente, me giré al notar como una mano se posaba en mi hombro.

—Eros, estás temblando —susurró Noa, la única de mi grupo de amigos (aparte de mí, claro) que había sido capaz de suspender la asignatura, el trabajo para recuperarla, y los ejercicios para recuperar la recuperación—. No te preocupes tanto. Todo va a ir bien.

—Ja, ja, ja, —puse los ojos en blanco—. Eso no te lo crees ni tú.

—Te lo estoy diciendo en serio —objetó la pelinegra—. Deja de ser tan dramático. Nos lo hemos estudiado todo, seguro que llegamos al cinco. Encima, la prueba será de tipo test —añadió—. Tenemos muchas oportunidades.

—También dijiste eso en el examen final —bufé—. ¿Quieres que te recuerde que sacamos?

—Bueno, lo que quiero decir es...

—Obtuvimos notas negativas, Noa —la interrumpí—. No solo fuimos lo suficientemente idiotas como para fallar más de la mitad de preguntas, sino que también tuvimos que contestarlas al azar.

Recordaba aquel -2 como si hubiera sido ayer. Todavía me dolía el hecho de que Daniela —una chica que ni siquiera se había presentado al examen— hubiera obtenido mejores resultados que nosotros.

—En mi defensa, el profesor no había dicho que cada dos preguntas mal contestadas restarían una correcta —La chica se encogió de hombros.

—Estaba escrito al lado del título, en letra bastante grande.

—Todos cometemos errores —replicó la morena, poniendo los ojos en blanco—. Además, tampoco es que se acabe el mundo si nos graduamos con una asignatura suspendida. Igual pasaremos a...

Tomé una gran cantidad de aire, notando que mi cabeza estaba a punto de reventar de tanta presión.

—¡Pues claro que no! —siseé, intentando no levantar mi voz, puesto que estábamos afuera de un aula, con otros diez alumnos de todos los cursos a nuestro alrededor—. ¡A ti no te pasará nada si suspendes una asignatura! Puedes graduarte y pasar a bachillerato. ¡Se te dieron un poco mal algunos contenidos de este trimestre, pero solo fue algo puntual! —miré a mi alrededor, viendo como algunos estudiantes comenzaban a girarse en nuestra dirección.

—Pero... —la chica hizo un intento de interrumpirme, aunque no se lo permití.

—¡Literalmente pudiste haber faltado a esta recuperación, y nada habría cambiado! —hice un gran esfuerzo por no gritar—. ¡A mí me han quedado tres! Para graduarme, no puedo suspender más de dos.

—Eros...

Noté como mi respiración se aceleraba significativamente.

Si hace unas horas ya sentía los latidos de mi corazón por todo el cuerpo, ahora la sensación se había multiplicado por una cifra demasiado grande como para ser mencionada.