Déjame Pagar Por Mis Pecados

Capítulo 1 : Juicio

 Ya eran días que el cielo no paraba de llorar, pareciera que estaba tercamente cooperando para recordarle y no permitirle olvidar ni siquiera un segundo ninguno de sus pecados. No lo dejarían, jamás.

Tal vez esperaban que recibiera una lección, pero, ¿por cuántas vidas esperaban que lo hicieran? Una eternidad seguramente. Y si fuera posible multiplicarían esa eternidad infinitas veces hasta secarlo. No le daría descanso alguno, aunque tampoco es que estuviera suplicando por ello. Sabía perfectamente qué le estaban cobrando, sabía perfectamente qué estaba pagando. Sabía hasta en lo más profundo de su ser la sentencia que le habían dado. Tuvo un juicio después de todo.

Era un día lluvioso igual a éste cuando aburrido de tantas audiencias dejó el trono dispuesto a entretenerse con el juguete favorito en su palacio. Por cada paso que daba y lo acercaba más a su objetivo más ansioso se sentía, era indescriptible la emoción que nacía en el con tan solo recordar la forma en que se quitaba el aburrimiento. Al entrar a las mazmorras y ver el cuerpo ahí tirado sin moverse tuvo el presentimiento que tendrá que poner aun más esfuerzo para hacer que valga la pena el juego y quitar aunque sea un poco de su apatía. Así que se quedó ahí un momento esperando que esa cosa tirada se percatara de su presencia, es solo que, nunca lo hizo. Esa cosa ¿realmente está esperando que gaste mi voz en él? Pensó molesto y procedió a hacer uso de su voz, pero la cosa esa ni siquiera así le prestó atención, seguido ignorándolo a pesar de saber las consecuencias de hacerlo, qué molesto.

Llamó a cada uno de sus parásitos de sangre a convertirse en púas espinosas de hierro hirviendo esperando recibir música para sus oídos, pero esa cosa simplemente no lo complacía, las hizo salir tan despacio de su cuerpo, de dentro hacia afuera y la cosa inútil solo se contraía, tan poco que si no prestara tanta atención ni lo notaría. Terca la cosa inútil, tal vez tenga que recurrir a lo más básico esta ocasión, su calzado se ensuciaría, será mejor que valga la pena . Pero al momento que la punta de su bota debió hacer contacto con la cosa simplemente ¿la atravesó?Eso, eso sí que era interesante. Lo intentó nuevamente, otra vez, más; pero todas y cada una de las veces que lo hizo simplemente su bota no hacia contacto con nada. Esto, esto ya no estaba siendo agradable así que se agachó para ponerse frente a la cosa y fue cuando lo vio. Sangre, sangre coagulada alrededor de la cosa; no es que no debería haber sangre, a decir verdad, es lo que más le gustaba obtener de su juguete, se lo debía por millas eso es seguro. Pero esa sangre estaba coagulada ya casi seca. Y este emperador jamás permitiría que se coagulara, lo dejaría sangrando gota a gota sin desangrarse. Así que eso no debería estar ahí.

Entonces puso atención, realmente tanta atención que pareciera que estaba a punto de ser emboscado y solo dependiera por cualquier centésima de segundo su supervivencia -no es que fuera el caso, eran lo demás los que son las presas- y algo faltaba, en cuanto supo qué faltaba no se dio cuenta cuando ya estaba agitando entre sus manos a la cosa - ¿Cómo siquiera pudo sujetarla? ¿no la estaba atravesando antes? – algo incomodo se empezó a asentar en su estómago, por más que le gritaba que abriera el ojo que le quedó no lo escuchaba , por más que ordenaba su obediencia no obtenía respuesta ni siquiera la más mínima acción.No se dio cuenta en qué momento empezó a gritar, pero ciertamente eso atrajo una audiencia, ahí estaban sus guardias y un buen montón de sus esposas viéndolo como si por fin hubiera perdido la cordura -aunque tantos le han dicho hace años que ya lo había hecho-no le prestó más atención a su audiencia y tomo entre sus brazos a la cosa inútil para abrirle la boca y lo encontró, ahí estaba lo que faltaba ¿Cómo siquiera pudo llegar ahí? En su garganta. Metió la mano lo que pudo y tocó un trozo afilado arañando sus dedos y haciéndolos sangrar, pero por más fuerza que pusiera en su agarre no se movía, nada. Solo sus dedos terminaron mutilados.