No Me Dejes Amándote [Luckity]

Capítulo 1 - Mesa 19

— Hey Luzu, termina de una vez con esos platos y toma la orden de la mesa 19.

Asintió apresurado en enjuagar el jabón de los platos en el fregadero, siguiendo el patrón de limpiar uno por uno y colocarlos en la estanteria, evito mojar su camiseta como usualmente le ocurría, algo gracioso pero poco agradable a la vista de los clientes. Limpio sus manos en un pañuelo en lo que se encaminaba a la mesa 19, forzó su mejor carácter mientras sacaba la pequeña libreta con la pluma para tomar la orden.

Al llegar solo observó una sola persona, sin compañía y con la carta en una posición infantil, estaba parada en la mesa, haciendo que tapara su presencia, curiosamente esta era muy pequeña para ser tapada con la carta, reprimió una risita por ese pensamiento.

— Buenas tardes, ¿Puedo tomar su orden? —Habló cordialmente hacia su cliente, esperando una respuesta pero solo escucho una grosería en alto que lo hizo sobresaltarse, sobre todo porque la carta había terminado cayendo sobre la mesa y por fin se había revelado la identidad del sujeto.

— ¡Puta Madre! Aquí no venden tacos de carnita asada —Parecía hablar solo, pero solo se limitó a escuchar sus reclamos.— ¿QUESADILLAS SIN QUESO? ¡NO MAMES! ¿QUE PEDOOOO?

Por un micro segundo, su mente divago entre las facciones de quien estaba frente suyo quejándose, unos delgados labios rojizos acompañados de un lunar encima de ellos, sin embargo tenía muchos más sobre su piel semi sombreada, su cabello era negro con un largo aproximado al cuello, se notaba desordenado detrás de aquel curioso binnie negro que lo cubría, definitivamente tenía el rostro de un niño pero era atractivamente guapo.

Y a la vez pensó ¿Por qué primero se fijo en sus labios?.

— ¿Me estás escuchando, cabrón? —Volvió de su trance tras escuchar su voz chillona, este lo miraba con el ceño fruncido y apuntandole con su dedo— ¿Por que me ves así pendejo? ¿Te gusto o qué?

No pudo evitar avergonzarse por el comentario, porque por supuesto que capto un poco de su atención y entraba dentro de la lista de "Los gustos de Luzu". Carraspeó tratando de disimular la situación, volviendo a su posición de mesero profesional.

— Disculpe, estaba pensando como complacer su apetito por esos tacos. Le ofrezc...—

— ¿Acaso tú puedes complacer mi apetito, guapo?~ —Adaptó una pose coqueta, su barbilla se reposo en una de sus manos, tirando una mirada juguetona. Debía admitir que le había tomado por sorpresa ese cambio de humor tan repentino— ¿Y si me ofreces unos buenos becerros?

Tragó en seco, mirando a su alrededor para comprobar que nadie de los presentes haya escuchado eso, pues si ese fuera el caso, su empleo estaba en juego.

Aunque podía haber excepciones ¿No?

— ¿Becerros? —Soltó una ligera risa, retirando la carta al menor, él también sabía jugar a lanzar frases de doble sentido— Lamento decirle que ese platillo no lo tenemos, tendré que complacerlo con otra cosa, solo si usted acepta, claro. Pero por ahora, dejeme darle algo mejor, la casa invita. —Le guiño un ojo en un intento de devolverle el coqueteo, ocurriendo que el contrario se sonrojará violentamente, cantó victoria internamente pues su cometido salió exitoso, camino de regreso a la cocina dejando al otro refunfuñando en bajo

Entró de nueva cuenta a la cocina, pidiendo al cocinero algo en especifico, que realmente no era un platillo común, incluso podía jurar que ni siquiera estaba en el menú. Pero en su agonía de llamar la atención del chico, termino regalándole un platillo gratis de enchiladas suizas. Le entregaron la comida servida y con la misma se regreso a la mesa 19, dispuesto a entregarle al pelinegro la comida y de paso tal vez entablar una gustosa conversación con aquel guapo chico.