Prólogo

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Era un viernes después de clases y estaban a mediados de abril.

Beomgyu había llegado de la escuela, solo para acostarse en la cama a dormir.
O bueno esos eran sus planes hasta que llegó su mamá.
-Beomie- dijo su mamá abriendo la puerta de su cuarto.
-Dime mamá- respondió mientras se sentaba en la cama.
-Acompaña al súper por favor.
-Pero es que quería dormir- Dijo, haciendo puchero.
-Anda hijo, que no puedo cargar las bolsas sola, a parte ya no queda comida para el lunes.
-Buenooo- Dijo Beomgyu alargando la "o" y levantándose de la cama.

Caminaba por el pasillo de las pastas, mientras empujaba el carrito. Su mamá, la cual iba adelante de él, le preguntaba cuales eran sus favoritas, y el peli rojo respondía que la de lacito, porque no importa que fuera un chico de 16 años, el era una persona madura con preferencia por la pasta con forma de lazo.
En eso su mamá se detuvo abruptamente, Beomgyu tuvo que hacer una maniobra, como todo un profesional, para no pegarle con el carrito a los tobillos de su madre.
-Beomie, hazme un favor- dijo la señora Choi rodeando el carrito.
-Mande.
-Anda a el pasillo de las frutas y ve a buscar un cambur.
-Voy.
Beomgyu estaba a punto de voltearse hasta que su mamá le dijo.
-A, y déjame el carrito aquí.
Beom asintió para proceder a dirigirse al pasillo que le había indicado su madre.

Cuando llegó, pudo divisar un pequeño niño, el cual estaba tomando la mano de un peli negro que se veía más o menos de su edad. Este último lo volteo a ver y le sonrió. Beomgyu pudo notar el pearcing en su labio inferior y eso se le hizo demasiado atractivo, así que le devolvió una sonrisa nerviosa y se volteo para buscar el cambur.

Agarro lo que su madre le había encargado y lo llevo a la balanza. Salió la etiqueta que decía el precio y fue a buscar una bolsa, solo que ya no estaban las bolsas ahí.

Beomgyu entró en pánico, desde que tenia 8 años iba a ese super, las bolsas siempre estaban a la izquierda de donde se pesaban las frutas.

El peli negro al ver a cierto peli rojo parado frente a la balanza, con la etiqueta pegada a la mano, viendo hacia la nada mientras tenía cara de estar re calculando, decidió hablarle.
-Tienes que ponerlo en una bolsa.
Dime algo que no sepa, pensó Beom. Pero, en vez de eso, solo dijo.
-Ah si, si claro, gracias- Haciendo énfasis en la última palabra.

Se alejó de la balanza y empezó a caminar en zigzag.
No sabía que hacer. Se armó de confianza, anda a saber tú de donde la sacó, y decidió preguntarle a él del pearcing.
-Y donde están?- Dijo volteándolo a ver.
-Ahí, dijo señalando a un palo metálico.
Beomgyu se acercó, pero no había nada.
-No, no están aquí- respondió.
-Ah, entonces no se, lo lamento
Beom iba a decir algo como "no importa", para proceder a ir a buscar a su mami.

-Beomie- Se escuchó la voz de un ángel.
Exageraba, solo era la señora Choi
-Si mamá?- Dijo Beomgyu acercándose a su mama a pasos apresurados.
-No hay bolsa?
-No, no encontré.
-Bueno, solo pégalo a la fruta hijo.
-Bueno-Respondió el peli rojo mientras hacía lo que su mamá dijo.
Cuando fue a dejar el cambur vio fresas en el carrito.
-Cuándo tomaste las fresas?
-Cuando no veías, es que viene Soobin y quiero hacer waffles- Soob era el mejor amigo de Beom, y por primera vez, en años, lo dejaban quedarse en su casa.
-Este favoritismo- dijo Beomgyu rodando los ojos.

Antes de abandonar el pasillo vio al desconocido por última vez.
Este le sonrió antes de que una señora le dijera "Kang Taehyun, ven para acá", y desapareciera de su vista.

Kang Taehyun, así se llamaba...

Strawberryes and bananasOù les histoires vivent. Découvrez maintenant