Prólogo

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Renuncia de Derechos, todos los personajes correspondientes a sus obras les pertenece a sus respectivos autores.

"El que puede cambiar sus pensamientos puede cambiar su destino."- Sthepen Crane.

En aquel lúgubre bosque, donde las almas penan, donde el sufrimiento de las personas surge, donde se hacen invisibles ante el ojo humano, anhelando ser escuchados, mientras que algunos solo rezan por ser liberados de aquel bosque maldito, un hombre se encontraba acostado sobre el marchito pasto.

Los pequeños rayos solares que se filtraban entre las hojas de los árboles llegaron a calentar la ligera piel bronceada del jóvenes, que a simplemente vista tenía los rasgos aristocráticos que un noble de alta cuna podía heredar.

Su cabello corto tirado hacia atrás con unos largos y delgados rulos hacia delante cerca de su oreja se agitaban con la suave brisa de la mañana, y sin duda si vestimenta era ciertamente peculiar pues sobresalía demasiado en este mundo criado en el vientre de la guerra. Posee una camisa blanca con una chaqueta negra elegante al igual que sus pantalones y sus zapatos.

-Me...Me duele la cabeza.- El lastimero susurro de palabras escapó de la boca seca del chico, sentía como si garganta era rasgada, y ante el dolor no evitó abrir los ojos.

Tal como el rubí las iris de sus ojos podrían ser comparados con la sangre misma y aquellos patrones circulares al rededor de la iris daban una imagen sobrenatural.

Lentamente intento sentarse pues su cuerpo estaba en un estado rígido tras parecer estar acostado por una larga cantidad de tiempo. Girando su cabeza hacía la izquierda notó un arma sumamente hermosa e incluso parecía surrealista, pues sin duda era una obra de arte.

La larga Saya era una Shirasaya de madera clara y francamente aquella simples daba más porte al arma, pero ello no quitaba lo hermosa que se veía con esa combinación de Saego roja como la sangre. El chico sintió como su corazón golpeaba sin freno su pecho y tentativamente agarró la hermosa arma.

El ruido de "Click" fue escuchado en el bosque cuando la Seppa se separó de la Koiguchi, y lentamente fue retirá solo un poco de la Saya para ver qué la Mune y el Kami eran de tonalidad negra combina con un distintivo patrón de Hamon en la Ha, en forma de llamas furiosas.

Tragando en secó, los ojos de patrones únicos del adolecente adulto se posaron
Tsuba de forma de cruceta, siendo un óvalo dorado con cuatro incisiones a los lados, y por último aquella empuñadura tejida en un samegawa de palmas cruzas de color gris.

-Shodai Kitetsu- susurro dejando escapar el gran peso en su corazón, y luego enarco su ceja izquierda pues una pregunta de inmediato surcó su mente.

¿Cómo sabía la composición de esta hermosa Nodachi? Obviamente el nombre se le hacía muy familiar pero las partes que constituían el arma sin duda el no sabía, y suspirando volvió a envainar el arma.

Como un trueno recorriendo su columna vertebral. El peli-negro se puso totalmente rígido ante la gran cantidad de información que estaba siendo conservado por su cerebro, y un grito silencioso trato de salir de su garganta.

El tiempo ocurría y el dolor comenzó a disminuir. Negando con cansancio dirigió su mirada a la nota que estaba aún lado del arma y al leor poco a poco se estaba comenzando a enfadar en su corazón.

En Konohagakure no Sato Uzumaki Naruto, jinchuuriki del Kyuubi no Kitsune miró la piedra conmemorativa y se preguntó, no por primera vez, quiénes eran sus padres. Esperaba que hubieran sido shinobi asombrosos que acabaran con gobiernos corruptos y rescataran a príncipes y princesas por igual. Se imaginó a su padre, alto, apuesto, con un juego de kunais malvados de pie en una pose feroz mientras miraba el campo de batalla listo para arriesgar la vida y las extremidades para derrotar a sus enemigos. Su madre estaba a su lado, con la boca abierta en una sonrisa de zorro muy parecida a la suya, tenía una katana de aspecto peligroso que parecía lista para beber la sangre de sus enemigos mientras miraba fijamente a sus enemigos. Dejó que una sonrisa cruzara su rostro al pensar en esto, aunque era agridulce porque sabía que no tenía idea de quiénes eran sus padres.

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⏰ Última actualización: Mar 04, 2023 ⏰

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The "D" for Mary GeoiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora