Te odiaba, ahora te amo-Leonetta

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Capítulo 1: volver

Yo soy Violetta Castillo, hija del empresario Germán Castillo y de la cantante María Saramego. Mamá murió cuando yo tenía unos dos años y viví en Argentina hasta los tres; papá desde que eso pasó me ha sobreprotegido durante mucho tiempo aunque, recuerdo que un amigo de él llevaba a un chico de mi edad cuando era pequeña, en verdad nos odiábamos, no nos gustaba compartir nada el uno con el otro, sin embargo, lo pienso y sólo eran tonterías de niños pequeños, lo que éramos a esa edad, ya no lo somos ahora. Hace mucho que no lo veo, me gustaría ver cuánto ha cambiado, es sólo por curiosidad. En el avión de regreso a Buenos Aires me quedé dormida porque no había podido dormir anoche y además era un vuelo de 10 horas, estaba muy cansada, de repente escucho una voz por las bocinas diciendo "favor abrocharse los cinturones y apagar cualquier aparato electrónico" en ese momento apagué mi celular que estaba prendido y me abroché el cinturón. Al bajar del avión sentí un alivio por haber vuelto a casa, sentir que el viento movía de nuevo mi cabello y el olor a panchos, era volver a casa. Cuando entré a la casa me esperaba Olga con mi torta favorita, de chocolate, fresas, crema batida y dulce de leche, además con un batido de fresa en una bandeja; ella soltó la bandeja colocándola sobre el piano y me abrazó muy fuerte, y la verdad no me importaba porque estaba de vuelta en casa.

Narra León

No entiendo por qué tengo que ir con mi papá a donde los Castillo a recibirlos de vuelta en el país, sólo vivo en Argentina porque mis papás están aquí pero, vivo sin mi hermana mayor que se quiso quedar en México, la extraño y de todos modos ella fue la que se quiso quedar yo no. Aun no pierdo mi acento mexicano porque siempre voy de vuelta cuando tengo tiempo. De pequeño no me daba ninguna buena imagen Violetta porque...no lo sé, creo que eran estupideces de niños

Fin de la narración

En casa Castillo

Iba saliendo del baño luego de haber tomado una ducha muy larga para relajarme cuando, veo a mi papá abriendo la puerta haciendo que pasara el papá de León y detrás de él había un chico alto y también se veía musculoso, yo iba bajando las escaleras con mi cabello mojado y vestida con una remera simple y unos vaqueros simples sin contar con unos botines marrones

-Papá...ah, perdón, buenas-digo nerviosa

-Hija, ¿no los recordás?-pregunta Germán

-Sí, claro que los recuerdo-respondo mientras me acerco hacia ellos

-Germán, vamos a tu despacho y dejamos a los chicos aquí-dice Elías

-Está bien-responde Germán

Germán y Elías se van

-León...-digo nerviosa

-Violetta..., mucho tiempo ¿no?-dice León

-Sí, me agrada verte de nuevo

León nota el piano-¿puedo tocar el piano?-pregunta

-Sí, claro, ¿Qué sabés tocar?-ahora pregunto yo

León se sienta en el piano y empieza a tocar la melodía de "voy por ti"

-¿Es tuya?-vuelvo a preguntar

-Si la estoy trabajando hace un tiempo-responde León

-Me encanta-digo

-Gracias-dice mientras sigue tocando

Al cabo de un rato nos pusimos muy graciosos, nos repartíamos miradas e intercambiamos números para poder hablarnos luego, no sé por qué lo odiaba de pequeña, él es realmente agradable, muy dulce, al menos es así conmigo o simplemente trataba de ser amable, la verdad no sé qué pensará de mí.

Narra León

No me esperaba que Violetta fuera tan hermosa, me encanta sentir que está un poco nerviosa al saber que estoy ahí, bueno, se le notaban los nervios y no será la mejor actriz del mundo pero..., se veía bien intentándolo

Fin de la narración

Estábamos hablando cuando sale mi papá y el de él de la oficina, cuando dejamos de hablar por verlos a ellos León se levantó del sofá, se acercó hacia su padre y se despidió de mí y de papá. Sentí un extraño vacío en mi pecho, realmente extraño, normalmente me despido de la gente sin sentir casi nada pues, ya estoy acostumbrada a despedirme de la gente, no me esperaba sentir eso, tal vez, sólo tal vez lo vuelva a ver, eso me dejaría más tranquila. Fui a cenar aunque sin muchas ganas, luego me puse la pijama y a dormir.

Narra León

Al irme sentí un vacío en mi pecho, su voz es muy dulce, de seguro al oírla cantar el corazón se me saldrá del pecho, esperate, León ¿Qué estás pensando? ¿Te gusta?, bueno..., no sería tan mala idea, además no tendría la gran presentación con el padre como con otras novias y Germán me tiene confianza, no sería tan malo ¿no?

Fin de la narración