fight, and fight with my feelings.

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[ part one of two - parte uno de dos ]

nota: gracias ormi por la inspiración, te amo hormigaroja_ limnda


se encontraba derramando lágrimas mientras miraba fijamente la fría mirada con los orbes marrones y apagados de su amigo. viendo y escuchando como palabras tan crueles salían de su dulce boca. "¿cómo mierda terminamos peleando por ésto?" se preguntaba.

[ - ★ - ]

las cosas fueron así: iván y rodrigo se encontraban en la casa del primeramente mencionado. ambos estaban haciendo sus cosas tranquilos, iván en su pieza encerrado y rodrigo en el sillón con su celular. quería ir con el más alto, pero éste no estaba del mejor humor, y sabía que molestarlo no sería lo mejor ahora.

iván había tenido un día de mierda. problemas con gente en su reunión, se encontró con fans intensos acosandolo hasta pedirle una foto y tuvo una discusión con su madre. no tenía ganas de ver a nadie, no quería estar con nadie y no quería hacer nada. sin embargo, ese mismo día, cuando estaba de buen humor, había invitado a su amigo rodrigo a pasar la noche con el debido a la distancia que llevaban teniendo. pero, en ese momento no contaba con el balde de cosas malas que le caería en el transcurso del día.

después de largas dos horas solo, rodrigo sintió la presencia del alto bajando las escaleras. éste con una cara de orto , viéndo a la nada con los ojos apagados y una mirada fría saliendo de éstos.

-amigo, ¿y esa cara de orto? qué te pasó. - bromeó al ver a su amigo. pensaba que había ido con él debido a que su humor había subido nuevamente.

lamentablemente para el, no era así.

-calláte rodrigo, no estoy para tu humor de mierda ni para que me estés reventando las pelotas.- bufó. no estaba de ánimos y no mentía con eso. rodrigo tampoco tardó en notarlo.

-pará, tarado. te estoy hablando con la mejor y vos me contestás así, ¿qué mierda te pasa, boludo? entiendo que estés de mal humor pero bajá tres cambios, flaco.- respondió con el ceño fruncido rodrigo, medio enojado por la actitud de su amigo.

-vos sos el que está rompiendo las bolas, boludo. ni hubieras venido si ibas a venir para joder nomás, es más, ¿por qué no te vas ahora?, estar solo me va a servir más. -soltó incoherente. el mal humor actuaba por el en ese momento.

-¡¿eh?!, ¿que tirás? idiota. si te pasa algo lo hablamos, pero no empieces a decir boludeces, iván. te banco en todas, pero tus actitudes de mierda me lo hacen imposible te voy avisando. - habló parándose en frente del más alto y ofreciéndose a hablar para ver si se les bajaban los humos.

-yo no tengo nada que hablar, si sos vos el que está jodiendo pibe. además, yo no te pido que me banques cuando estoy "así" como vos decís. -hizo comillas. - los haces porque vos querés, porque sos un jodón de mierda y no tenés a quién más molestar. - soltó sin pensar y haciendo énfasis en la palabra "vos". no quería decir esas cosas, rodrigo no lo molestaba, pero enojado, decía muchas boludeces .

sin embargo, a rodrigo le dolía cada una de las cosas que decía.

-¿qué mierda me estás diciendo iván? que te pasa que andas tan injunable boludo, bajá un toque ya. -habló comenzando a hartarse.

-y sí, vos venís porque sos un molesto de mierda y lo que querés hacer es joder boludo. por eso estás conmigo y pasas tiempo conmigo. porque siempre es lo mismo, vos jodiendome con tus chistes de mierda y yo teniendo que bancarte igual porque si no después quebrás.- y ahí explotó, su mal humor estaba por las nubes, no era consciente de las cosas que decía, ni consciente de que había hecho llorar a su amigo por las cosas que decía.

sin embargo, en defensa de iván, ni siquiera el sabía lo que decía, estaba cegado por el enojo y decía cosas sin pensar. la gravedad de ésto: rodrigo no era consciente de ello.

-¿en serio eso pensás de mí, iván? -fingió una sonrisa y conectó miradas con el más alto mientras pequeñas gotas de agua salada caían de sus ojos verdes que comenzaban a hincharse. - sos un pelotudo en serio y te encanta serlo. y sos una tremenda basura ¿sabías?, porque sos tan tarado que no te das cuenta de que yo no estoy con vos todo el tiempo para joderte la vida y molestarte, estoy con vos todo el tiempo porque me gustás, iván. y sé que vos no me lo pedís, sé que lo hago porque yo quiero, pero es la pelotudez que hacen algunos cuándo alguien de verdad les importa y les importa su bienestar, como me pasó a mí con vos. pero claro, vos sos un tarado de mierda que no mide las cosas que dice y daña hasta a sus amigos más leales.

-disculpame rodrigo, pero yo no siento lo mismo por vos, yo no soy gay. - por más extraño que suene, a iván le costó soltar esas palabras, los costó terminar esa frase, le costó negar lo que sentía.

-y yo sé eso, iván. y aunque me duela seguía acá para vos, para que después me estés haciendo todo éste bardo y digas boludeces sin sentido con una cara de ortiva impresionante.- restregó las mangas de su buzo por sus ojos hinchados.- déjate de joder iván, me voy a la mierda. - tomó sus cosas y se retiró del apartamento dejando al alto parado en su cocina con los ojos cristalinos y su cabeza en colapso.

[ - ★ - ]

se levantó sobresaltado.

había estado intentando dormir durante las últimas dos horas después de la pelea, pero nada funcionaba.

no lograba estar más de quince minutos pensando en él, en lo lindo que sería que la almohada desprenda lindos latidos reconfortantes como los que soltaba el cuando recostaba su cabeza en su pecho. aunque quisiera, no podía evitar pensar en como estaba él ahora, en que quería ir hasta su casa y disculparse por todo lo que había sucedido y todo lo que había dicho anteriormente. pero no podía, su orgullo le ganaba.

y sabía que era ridículo, porque hasta hace solo unas horas, había negado completamente su gusto hacia su mejor amigo, y ahora no podía pensar en otra cosa que no sea el bajito de ojos claros.

y era raro...

porque ya se había acostumbrado, se había acostumbrado a la voz del bajito con el, su compañía, sus abrazos, sus muestras de afecto, sus caricias. no solo él se había acostumbrado, la casa se sentía vacía sin sus tarareos de músicas cualquieras mientras cocinaba, las paredes se sentían aburridas sin las pequeñas notitas que solía dejar cuando el alto se sentía mal, las noches eran desoladas sin los puteos y insultos en joda que hacía; para luego estar dandole abrazos. y ahí entendió. extrañaba al bajito.

y sabía que moriría ahogado en esos sentimientos, en esas sensaciones que tan marcado le dejó, o en el recuerdo de ellas. y si no hacía algo ahora, se arrepentiría el resto de su vida.

dejando el orgullo de lado, sus pensamientos pelotudos, y todos sus problemas de lado, tomó su celular, y se dirigió al primer chat fijado que tenía en whatsapp.

spreen ♡

> Rodri, perdón por todo lo de hoy
⁰²·¹⁰
> ¿ Podemos hablar bien las cosas?
⁰²·¹¹

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