El roomie purrrfecto

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Nota:

Hola a todos los que estén leyendo esta pequeña historia, es un gusto tenerlos aquí (≧◡≦)
Espero que les guste, no será muy larga, a lo mucho serán seis capítulos. Me inspiró una imagen que vi por ahí en Twitter ( ' ω ' )

Y mis lectores, no se preocupen, mi modo no es abandonar historias, así que pronto actualizaré la otra que tengo en proceso jajaja, es la primera vez que manejo dos historias a la vez pero lo conseguiremos 

¡Dejo de hablar para que disfruten su lectura!



Kyojuro Rengoku tenía un tic en el ojo derecho al contemplar el desastre que su compañero de piso le había dejado antes de decirle que se mudaría de apartamento.

- Akaza... - soltó, frotándose el puente de la nariz con ambos dedos.

Basura por todos lados, ropa por ahí botada y algunos vendajes manchados en la habitación que solían compartir. Su compañero no solía ser así de sucio y desastroso, pero al volver de sus entrenamientos y peleas, estaba muy cansado para hacer cualquier cosa.

Habían sido roomies por tres años ya, el hermano mayor de Akaza era uno de los mejores amigos de Kyojuro, por lo que de inmediato ofreció su sitio cuando supo que Akaza buscaba alguien para compartir departamento. Ahora que sus caminos se habían dividido profesionalmente, el pelirosa había encontrado un nuevo lugar para vivir, con uno de sus compañeros de luchas.

- ¡El lugar es genial Kyojuro, está a una cuadra del gimnasio donde entrenamos y a dos del estadio donde vamos a pelear!

Honestamente estaba feliz de que hubiera encontrado esa oportunidad, pero sus características como novato en la academia de policías, chocaban directamente con el desastre que Akaza había dejado como regalo de despedida.

"Fue divertido, Akaza tiene mucha energía, nos parecemos en eso. Pero extrañaba un poco esta tranquilidad, me recuerda a casa."

Su madre siempre había sido una persona de pocas palabras, suele llevar con ella esa paz y tranquilidad que extrañaba desde que se mudó fuera para comenzar su arduo entrenamiento como oficial de policía.

El bote de basura se abrió cuando pisó para poder tirar todo, por fin el departamento volvía a estar limpio. Kyojuro suspiró y pensó un momento en qué debería hacer ahora, había terminado sus pendientes del día y no quería ponerse de inmediato a estudiar o entrenar. Los cantos de las aves llamaron su atención hacia la ventana, la tarde era de las que le gustaban: soleada, fresca y agradable para salir, por lo que decidió salir a darse una vuelta.

Iba caminando sin ningún rumbo, solo disfrutando de su paseo, cuando alcanzó a ver una tienda por fin inaugurada.

"Vaya, una tienda de mascotas ¡Qué lindo! Entraré y veré que cosas tienen ahí" Pensó con entusiasmo.

El olor y ruido de los animales estaba por doquier, no con un hedor y ruido insoportable, todo lo contrario, era un lugar lleno de vida. El reflejo del aparador con los cachorritos mostraba los ojos bicolores rubí y dorados, junto a una sonrisa enternecida.

Los perritos estaban con sus patitas recargadas en el cristal, ladrando alegremente para convencer al joven de llevar a uno de ellos a casa.

- ¿Busca una mascota en particular? - preguntó una señora que llevaba un gato calicó entre sus brazos delicados.

- En realidad no, este lugar abrió hace poco y quería verlo - se sinceró Kyojuro, apartando su atención para conocer el nombre de la persona atendiéndolo.

¿Qué dice el gato?Onde histórias criam vida. Descubra agora