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24: Un escape




Mi madre había visto mi labio roto. No preguntó y tampoco dijo nada aquel día, pero su semblante era serio, temí de que quizás Jimin le había contado todo a ella y sería mi fin, pero no.

Ella me dijo que se enteró de nuestra discusión, la madre de Jimin la llamó y sentí un dolor en mi pecho cuando la pobre señora Park recurre a mi madre sin saber tampoco la razón.

Y a pesar de mi estado casi moribundo, me sorprendió cuando ella me preguntó si me iba a reconciliar con Jimin, pero supe de inmediato qué lo hizo para cerciorarse de si ya no tendrá un chivo expiatorio. Es un poco doloroso no ver un poco de empatía en su rostro cuando claramente notaba mi expresión frágil al hablar del tema.

Y durante estos días la brecha con Jimin fue cada vez más grande, ha sido de los primeros en irse rápidamente y apenas nos vemos durante los recesos. También he dejado de ir a la iglesia después de clases, últimamente ya era bienvenido a tocar en el piano del viejo y abandonado almacén de los chicos, suelo hacerles conciertos libres según Jin. Han sido de gran ayuda para llenar un vacío, pero que de todos modos no se puede llenar.

Pero dejando mis lamentaciones a un lado, últimamente me he sentido más como un chico de 17 años.

Y mientras eran las cuatro de la tarde y el sol golpeaba fuertemente la ciudad, yo me encontraba frente al almacén que comenzó ser parte de mi refugio. Pero me sentía nervioso, hoy no había visto a ninguno de los chicos y desde ayer que no he visto a Jungkook. La última vez fue aquí, mientras tocábamos una canción.

Durante todo el día en el Instituto no dejé de oír rumores sobre ellos, algunos diciendo que estaban en prisión o muertos. Ninguna me gustaba como sonaba.

Vuelvo a mirar mi teléfono viendo el mensaje que le había enviado esta mañana que no ha respondido, comenzaba a tener miedo realmente de que algo les hubiera pasado a todos.

No puedo evitar guardar mi teléfono y reír de mala gana. Me sentía como un adicto esperando afuera a que le entregaran una dosis de felicidad. O así es como Jungkook suele decirle a sus adicciones y aunque no estaba de acuerdo y he tenido una discusión sobre sus consumos. Ahora mismo necesitaba una fuerte dosis de él.

No dejaba de pensar en él y recordar cómo se ha comportado conmigo estos días. Su actitud no es diferente a lo que muestra a los demás, pero había algo que lo dejaba a la intimidad conmigo.

Sus caricias no sólo iban a lo sexual. También eran suaves y tiernas. Me sorprendía algunas veces cuando me pedía que le acariciara sus cabellos mientras apoyaba su cabeza en mi regazo. Desde que sus labios dijeron: "Me gustas." No dejaba de sentirme más atraído a él y a la persona que suele ser realmente. Pero a pesar de ello, yo no he dado mi respuesta a su confesión. Sobre todo si sentía una soga en mi cuello cada vez que me acercaba a él.

Había caído muy fuerte y no tenía a nadie con quien pudiera soltar mis preocupaciones.

ㅡRealmente creo que eres una estatua.

Me sobresalto volteándome rápidamente viendo a Yoongi de igual modo que se tensa por mi reacción.

ㅡDios Yoongi hyung, me asustaste. ㅡ suspiro masajeando mi pecho.

ㅡ¿Qué haces de pie sin hacer nada? ㅡ pregunta ignorando mi estado.

ㅡYo, quería...ㅡ lo miro sin evitar pasear mi mirada detrás de él por si veía al menos a otros de los chicos, aunque claro, Jungkook era mi prioridad.

Término haciendo una mueca al no verlo y vuelvo mi vista a Yoongi que blanquea los ojos como si supiera sobre mi desilusión, él camina hacia la cortina metálica para abrirla y voltea a mirarme.

⏤͟͟͞͞  JUDAS ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora