Trópico de Leo {One-Shot}

Trópico de Leo {Basada en hechos reales}

Escuché unos gritos provenientes de la sala velatoria. Ale se acercó a mi y me dijo que era Leo, me asomé y pude verlo mirando a su padre, cuasi tirado sobre el cajón. Di media vuelta y me fundí en un abrazo con Cata y Paloma.

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Un año antes me encontraba maquillándome para salir con mis amigas. Era la típica niña que le encantaba salir de juerga en juerga ¿saben?

-No nos para nadie- Grité asomando la cabeza por la ventana del taxi.

La fila era interminable, pero llegamos y pasamos. Entre trago y trago pasamos más de dos horas en la pista de baile.

-Hola preciosa- Susurró un joven en mi oído al pasar por mi lado

-Idiota- Grité enseñándole mi dedo medio

-Hablaba en serio- Me tomó de la cintura y me besó

Esos besos increíbles, en los que vienen a ti una mezcla de emociones que no puedes comprender. Esos besos que no quieres que terminen jamás. Así me sentí en ese momento. Pude escuchar los gritos de mis amigas por detrás pero solo atiné a enseñarles mi dedo medio.

No nos separamos en lo que restó de la noche. Besos y más besos.

-Te paso mi celular- Sonrió

-Toma, anótalo- Estiré el brazo para que tomara mi celular

-Nos vemos pronto, entonces- Guiñó un ojo y se fue donde sus amigos.

Lo perdí de vista al instante.

Mis amigas en todo el viaje vuelta a casa, solo supieron molestarme, pero había sentido algo que nunca me había pasado, así que opté por hacer caso omiso a sus palabras.

¿Debería yo hablarle? Es que él no se ha anotado mi número. Calma Constanza, ha pasado menos de una hora, el simplemente se asustará.

Dos días después me armé de valor y le hablé.

"Hola, ¿Me recuerdas?"

"Como no hacerlo, mi nombre es Leo, ¿el tuyo?"

"Constanza, Coni, Coti, como quieras"

"¿Nos vemos ahora?"

"¿Ahora? ¡Estás loco!"

"No, en serio. AHORA."

"¿Donde?"

"Starbucks, el que está frente al zoológico, allí en una hora"

"Haré lo posible para llegar"

Tenía que cruzar media ciudad para llegar ahí, pero lo hice por él. Me cambié de vestuario, tomé el maquillaje y me arreglé en el bus.

-Hola- Mis mejillas se tornaron rojizas

-Hola- Respondió

-¿Cómo estás?- Dije por lo bajo

-Bien, ¿Y tú?-

-Bien- Suspiré

-¿Estaremos por mucho así?- Rio -Vamos a tomar algo, yo invito-

Y así fue. Así lo conocí. Estúpido, raro pero eso es todo. Ni más ni menos. No pasó nada extraño ni del otro mundo.

Quince días después y muy apresuradamente debo decir, nos pusimos de novios. Al mes fue el te amo. Todo iba bien, puro amor, puras caricias, algunas peleas, pero todo iba bien.

Ya con ocho meses de relación la confianza había aumentado. Estaba patas arriba en el sillón de su casa.

-Debo contarte algo- Suspiró sentándose a mi lado -¿No me digas que tienes otra?- Rio conmigo