𝒄𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒖́𝒏𝒊𝒄𝒐

274 33 3
                                    

Quería irse.

La última reunión de la semana había terminado hace media hora y todos sus compañeros se dispersaron para seguir con sus asuntos, él era el único que quedaba rondando por el edificio como un idiota por tener que firmar algunos documentos para iniciar la construcción de una nueva instalación en Roppongi.

Maldita sea, incluso su hermano había desaparecido con la excusa de que llegaba tarde a una cita con su pareja, dejándolo a la deriva pero prometiéndole un nuevo reloj si falsificaba su firma y la hacía pasar por suya. Y claro que aceptó, no era tan tonto.

Leyó meticulosamente cada párrafo y firmó rápido para luego dejar los papeles sobre su escritorio, levantarse de la silla y cerrar su oficina al salir. Tomó las llaves de su auto en la recepción y se despidió del portero, quien le deseó seguridad en su viaje.

El camino fue tranquilo, intentaba despejar sus pensamientos intrusivos con cualquier cosa. Desde parejas jugando en el parque con sus hijos hasta ancianitos paseando a sus perros, de alguna manera las personas de la ciudad salían más cuando hacía frío, todo lo opuesto al verano. La temperatura había descendido considerablemente esos últimos días, tanto que tuvo que comprarse ropa de invierno nueva para él y su pareja, aunque Souya negaba sus regalos la mayoría de veces por ser muy caros e innecesarios.

Oh, Souya, como deseaba estar a su lado en esos momentos.

Muchos lo llamaban un mandilón por apenas llegar a la empresa y querer irse para poder verlo, pero pocos entendían que su pareja era su lugar seguro. No sabía cómo describirlo, probablemente como el ángel que se llevaba toda su miseria y mal humor con solamente una sonrisa. Amaba despertar a su lado todas las mañanas, cuando llegaba tarde y lo esperaba con la comida lista, o al contrario, cuando debía irse muy temprano y le preparaba un desayuno para llevar, aunque sus compañeros se burlaran de él por las notas con palabras bonitas que le ponía para recordarle su amor.

Sabía que sus muestras de afecto no eran nada en comparación con las de su novio, la mayoría de veces se sentía mal por no poder demostrar tanto en comparación a Souya, en especial al inicio de su relación. Y no es que no quisiera, sino que no podía, pero Souya comprendía el actuar de su pareja y conocía su esfuerzo por mejorar todos los días.

Aunque lo podía manejar, eso no evitaba que los pensamientos intrusivos lo persiguieran en cualquier momento del mes. Sobre pensaba sobre su papel en la compañía, se detenía a mirar los trabajos de los demás y creía que podía o tenía que hacerlo mejor. Digo, estaba acostumbrado a ver a Kokonoi y Takeomi haciendo impuestos y negociando contratos con tanto descaro que terminaban funcionando, también a Kakucho junto a Mochizuki monitoreando las ganancias que entraban y salían con ojos de águila, ni hablar de Sanzu siendo mano derecha de su jefe y ayudándolo en cualquier cosa prácticamente, moviéndose casi como su sombra, aunque pensaba que en realidad era porque estaba enamorado de él. Su increíble jefe Manjiro era otro tema, había logrado fundar la compañía y posicionarla como una de las más grandes organizaciones de Tokio, él solo. Realmente lo admiraba.

Debajo de todas esas personas se encontraban su hermano y él, que si bien cumplían una buena función como patrocinadores de la empresa para financiar sus gastos, sus obligaciones allí eran mucho menores que las de los otros y sus trabajos de reducían en firmar papeles y mover dinero.

Desde pequeño escuchaba a su padre hablar sobre el valor monetario sobre arriba de las todas las cosas, incluido la familia. Nunca se encontraba en casa, pero cuando lo hacía deseaba que se fuera pues lo único que salía de su boca eran insultos disfrazados de palabras supuestamente alentadoras. Que si debía de cambiar de carrera porque la que había escogido estaba repleta de estudiantes, que si el hijo de su socio ya tenía una casa propia y él seguía viviendo allí con ellos, que si su gusto por la música electrónica no lo volvería una persona exitosa, entre muchos comentarios pasivo agresivo más.

Calidez ━━━━━ ringry os ✔️Where stories live. Discover now