Hablando de aventuras

5 0 0
                                    

Tan, tan, tantatan
Tan, tan, tantatan.

Mi alarma producía esa melodía una y otra vez, melodía que al escuchar por primera vez te imaginas una bonita manera de levantarse, pero con el pasar de los meses solo se vuelve la molesta razón por la que no estoy dormida.

Dirigí mi mano cerrada en un puño hacia la alarma apagandola de una manera un tanto violenta para después sentarme el cama, la luz del sol se metía en mi cuarto sin permiso alguno dándome a saber que el día está apenas comenzando.

Después de 2 minutos mirando al infinito, decidí levantarme y hacer unos "estiramientos" que más que nada solo conseguiría romperme un hueso e hice una lista mental de lo que debo hacer hoy.

Ir a la escuela más temprano.
•Ayudar a Henry con su repaso.
•Asistir a clases.
•Llegar a casa.
Más tarea.

Y talvez más cosas pero esas son las más importantes al menos, lo único que interfiere con que dé de hecho esta lista, es que no puedo llegar temprano a la escuela, gracias a que mi bus llega el último minuto antes de que suene la campana, y eso es malo, ya que si no llego temprano tendré que perder más de mi tempo con Henry. Pero no hay nada que preocuparse solo tendré que pedirle a alguien que me de una ayudita.

Teniendo eso en mente, salí de mi cuarto, siendo recibida por las blancas paredes del pasillo, diferentes a las de mi cuarto que son un color verde lima, un suelo de madera de color oscuro, misma madera de la que están hechas las puertas, y la cajonera que estaba en medio de tan desolado pasillo, el único pisque de color era de esos cuadros de figuras raras y colores llamativos. Cual única misión era eso, dar un pisque de color.

La puerta de mi cuarto estaba ubicada al final del pasillo y al frente estaba la puerta de mi baño por lo que entré en esa, siendo recibida por un espejo que reflejaba mi tan desordenado pelo castaño, intenté arreglarlo con mis manos un poco para después ponerme un gancho y después irme a bañar.

Al salir del baño con solo una toalla estaba lista para ir al cuarto con el letrero que tenia mi nombre. Pero a menos de un metro de mi se encontraba un hombre saliendo de una de las puertas de pasillo, la puerta del cuarto principal. Un hombre arreglado con pantalones y un saco de color gris, camisa abotonada de color azul cielo, y zapatos negros al igual que su cinturón, un hombre de negocios pensarías y no estarías equivocad@ , un hombre que e de conocer muy bien.

-Leo! Buenos días- dije con una ligera sonrisa.

-Buenos días karen- me dijo dirigiéndome la mirada, pero apartandola casi de inmediato al darse cuenta que estaba en paños menores. Una señal de respeto.

- Leo, ¿te puedo pedir un favor?- le pregunté, con la esperanza de que dijera que si para así poder llegar temprano a la escuela y tachar la primera parte de mi lista. - ¿Me podrías llevar tu a la escuela? Tengo un apunte y quisiera llegar temprano.- solté.

- Claro,- dijo cerrando la puerta de su habitación, mientras veía su reloj en la muñeca con una pequeña sonrisa. - sólo tendrás que apurarte porque vamos contra reloj, vístete y come rápido, te espero en el carro- dijo mientras  bajaba las escaleras que estaban al ooootrooo lado del pasillo. Ahí me di cuenta de que estaba callado, talvez demasiado.

-¿Y Kenny?¿No tenía clases en lo mañana hoy?- pregunté curiosa.

Leo dió una risita,- Hasta tú, te sabes mejor su horario que él- mencionó- hoy su primera y segunda clase fueron canceladas gracias a que su profesor no podrá ir, por lo que la mañana es suya- dijo levantando la voz a cada que se alejaba. Es increíble como podía decir que él estaba  sonriendo por solo como estaba hablando y que tan cerca podría estar de lo correcto.

Where Everything Started. حيث تعيش القصص. اكتشف الآن