Yo (Ulrick)

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Resiliencia, nunca antes había oído esta palabra, ¿cómo podía ser que una sola palabra implicase tantas cosas? Ese día, fue mi mayor descubrimiento. Una palabra que no conocía paso a ser parte de mi forma de ser, de mi estilo de vida. 

Nunca antes había tenido otras necesidades que no fuesen los estudios, todo era por y para los estudios. Me pasaba horas y horas estudiando, pues era bueno en ello, las notas no lo reflejaban tanto, pero nunca me rendía, "rendirse" es un término que no existe en mi vocabulario. He cometido errores como todo el mundo, he llegado a estudiar exámenes después de haberlos hecho. Pero ese año, ese año pasaron cosas que obviamente me marcaron. 

Jamás había tenido la sensación de no encajar en la sociedad que me rodeaba, desde mi perspectiva todo estaba correcto, aunque la realidad decía otra cosa. Hay momentos en los que no se encaja en la sociedad que te rodea, por más que lo intentes. A pesar de poner todo de tu parte, ves como la gente te evita o te crea falsas ilusiones. Puede que muchos de vosotros, los lectores, os hayáis sentido así en algún momento de vuestra vida. En verdad, no debería preocuparnos, pues el algo normal, desde mi punto de vista. 

Seguramente, y me atrevería a poner la mano en el fuego y no me quemaría, la mayoría tenemos a nuestro pequeño confidente al que le contamos todo, pero hay uno que es el principal, WhatsApp, al que sin darnos casi cuenta le contamos gran parte de nuestras vidas. Para mí, esa persona era mi mejor amiga, quién lo sigue siendo en la actualidad. Aunque nos pasábamos todo el día juntos, al llegar a casa seguíamos en contacto, por Tuenti, la red social más popular entre los jóvenes en aquel momento, WhatsApp aún no existía, lo haría poco después. 

Pero este día... este día va a ser diferente. Suena la campana que indica el comienzo del descanso, todos recogemos las cosas y bajamos al recreo. Yo con todos los amigos que tenía, uno, podía elegir con quien estar. Pero decido juntarme con mi mejor amiga, yo no lo sé aún, pero en breves momentos voy a romperle el corazón. Es un día cálido y todo el mundo está por ahí jugando, nosotros, sin embargo, estamos dando vueltas por el patio hablando, hasta que en la recta principal del patio mi amiga me para y me dice que tiene algo que decirme. Yo por naturaleza soy una persona que cuando me vienen las cosas de sopetón me asustan, me asusta el no tener esa situación controlada, el no saber por donde va a salir mi amiga. Veo como se pone nerviosa y empieza a sudar, a la vez que la cara se le va poniendo roja. Intento tranquilizarla, aunque no sé quién de los dos tiene más miedo en este momento. Después de unas risas tontas y unos sudores por parte de los dos, nos relajamos y oigo aquello que nunca había esperado oír de nadie, no estaba en mis necesidades, no era una de mis prioridades. Le gusto y no solo eso, me pregunta que si a mí ella también me gusta. En ese momento mi respuesta fue rápida y cortes, pero fría: "Lo siento, pero no me gustan las chicas, me gustan los chicos". 

Al pronunciar dichas palabras el día ya ha perdido toda la normalidad, todo es diferente, ya nada se ve igual. Es la primera vez que lo digo y la primera vez que me he dado cuenta de lo que siento. Acaba de aparecer otra preocupación, no sé si sabré lidiar con ella o hará que me descentre de mis objetivos principales. Sigo viendo a mi mejor amiga como lo que es, mi mejor amiga, aunque tengo algo de miedo por como ella reaccionará a mi respuesta, seguirá siendo mi amiga o se alejará, será algo que descubriré con el tiempo. Estamos a mitad de mañana y aún quedan tres horas más de clase, ¡buff... que ganas de que se acabe ya el día, de verdad! 

Durante las tres siguientes horas, la concentración es cero, pues lo que había pasado en el recreo era importante y había que reflexionar sobre ello. Ni ella ni yo hemos hecho nada malo, pero ambos recibimos unos estímulos/respuestas no esperados en aquel momento. Sin darnos cuenta, nuestra vida en el instituto desde ese instante ha cambiado por completo, aunque ambos queramos llevarlo con normalidad. Aunque de forma silenciosa, sin necesidad de decirnos nada, ambos hemos hecho el pacto de no decírselo a nadie. Bastantes buitres hay en clase, como para enseñarles carne donde morder. 

Al acabar el día, cada uno nos fuimos a nuestra casa, no hay ganas de hablar, solo de ponerse música y dejar la mente suelta, pensar, relajarse, evadirse. Puede que haya cometido el peor error de mi vida, de haberla cagado con mi amiga, de haber estropeado nuestra amistad para siempre. No, no creo que haber dicho lo que siento haya sido un error, es la verdad, es lo que siento y es mejor eso a crear falsas ilusiones en alguien que las tiene ya todas. 

A la mañana siguiente, todo aparenta ser normal, pero sigue sin serlo. Podría decir que a mejor, al contrario de lo que yo pensaba, dicha situación, nos llevó a otra mejor, reforzar nuestra amistad. Y así fue, durante los recreos ya no nos quedamos dentro, salimos afuera y damos alguna vuelta, vamos a comprar porciones de pizza y paquetes de chicles de melocotón. Esta situación aguanta hasta final de curso, no ocurre nada en especial. Bastante especial había sido toda esta situación, no hacía falta nada más. 

Pero ya sabéis, el que tiene boca, se equivoca. Un verano tranquilo, tiempo para desconectar, renovar aires, recapacitar, coger energía para el nuevo curso y disfrutar del tiempo con la familia. Hay que aprovecharlo bien, porque lo que nos espera el curso que viene no es lo que parece... ¡Básicamente, es donde empieza todo!

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⏰ Ostatnio Aktualizowane: Apr 12, 2023 ⏰

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