The Black Queen

00; Entre Llamas y Cenizas

Los guardias la rodeaban, entre empujones que la hacían que caminara mas rápido, llevaba a su pequeño Aegon sujetado fuertemente de la mano, sentía que si soltaba un poco su agarre su niño, su preciado y único hijo vivo que le quedaba desaparecería.

De solo pensar eso recordaba a todos sus amados hijos, primero en su pequeño Lucerys, la primera luz que se apago en su vida, seguido de su pequeña Visenya, su amada niña que no llego ni siquiera a respirar en este mundo, después su valeroso Jacaerys su digno heredero al mismo tiempo que el tierno Viserys se hundían en las profundidades del océano, y no hace mucho Joffrey que en su inocencia por querer ayudar a los dragones perdió su vida. Sólo tenía Aegon y el a ella ya que Daemon también había desaparecido, no podría irse así, no podía dejar a su último vástago solo.

Tenía miedo pero nunca lo admitiría delante de aquellos traidores que la tenían cautiva, haría lo posible por sobrevivir, ella era la legítima heredera al trono de hierro, y apenas estaba siendo consciente que tenía que pelear una guerra, tantas pérdidas y dolor la habían dejado fuera del juego desde antes que este iniciará apenas se acababa de unir al tablero, demasiado tarde.

Una fuerte luz entre la oscuridad en el salón la hizo ver a un hombre con la mitad del rostro quemándo y desfigurado, esa cara que alguna vez fue atractiva ahora se veía repulsiva con esa piel estirada y ojo caído por las quemaduras, era su hermano Aegon el usurpador.

- Es bueno volver a verte hermana-dijo al ver que entraba con su hijo-en estos tiempos es muy difícil poder sacar una audiencia con su majestad-mencionó con ironía.

- Es bueno que tengas presente quien es tu verdadera y legítima reina-contestó mordazmente, sabía que todo lo hacía por humillar la y no le daría el gusto.

Un gruñido entre la oscuridad hizo que se pusiera alerta, entre la sombra empezó a emerger un dragón, Sunfyre el dragón de Aegon, decir que no sintió terror al ver al dragón seria mentir, se estaba preocupando cada vez más, debía mantener a su hijo a salvo.

- Oh querida hermana, no olvido tu lugar, ni el de tus bastardos, pero ahora mismo no tienes a nadie, estas sola, es una lastima mi querida hermana se quedo sin nadie quien cuide su puto trasero, ¿que debería hacer contigo?

- Ya basta de juegos Aegon, esto a llegado demasiado lejos, yo soy tu hermana, la primogénita de nuestro padre, sabes que yo soy la legítima heredera al trono de hierro, tu abuelo y madre que envenenó tu mente hasta pensar que te dañaría, ustedes iniciaron esta guerra al usurpar mi trono-atacó en un intento de hacer entrar en razón a Aegon.

- Que bueno que tengas en claro que eres la mayor, pero en este momento no me importa mi abuelo o madre, uno esta muerto y ella está loca, lo único que se es que yo... ¡SOY EL REY!-gritó fuertemente, haciendo que Sunfyre rugiera fuertemente-así como hermana mayor, es justo que tu mueras primero.

Sentenció, Raehnyra tembló, no... No podía morir, por inercia volteo a ver a su pequeño hijo que seguía sujetando su mano tan fuerte, el pequeño estaba llorando en silencio y sus mejillas estaban empapadas en lágrimas,

- Quiten le al principe-ordenó el usurpador.

- ¡No!, ¡No!, ¡No!, ¡Aegon, Aegon!-gritó en desesperación Raehnyra.

Dos guardias se acercaron, uno sujeto a Raehnyra y otro jalo al pequeño Aegon hasta hacer que soltara la mano de su madre.

- ¡Madre!, ¡Madre!, ¡No, madre!, ¡Tengo miedo, ayúdame madre!-gritaba llorando el pequeño niño.

Lo sujetaron fuertemente, haciendo que soltara el fuerte agarre de su madre y se lo llevaron unos metros lejos de ella, tenía miedo, mucho miedo, iban a lastimar a su mami, y el no podía hacer nada, ¿Dónde estaba su papá, porque no llegaba ayudarlos?