pasiva

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Como de costumbre siguió su rutina diaria, entro a su oficina y fue directamente al escritorio; contento de a ver adelantado trabajo toda la semana para por fin hoy dedicarle tiempo a su adorado esposo. Ansioso por esto tomo asiento y se apresuro a hacer revisión de los documentos que descansaban sobre el mueble, uno en particular capto su atención, el periódico de karmaland.

Tomo el papel entre sus manos y leyo con atención la primera plana, "La relación del primer damo con el oficial de policía Ruben", y debajo de esto una imagen donde se le veía al primer damo acariciando la mejilla del oficial.

Dio un pequeño masaje en el puente de su nariz, estaba harto de los comportamientos coquetos e intencionados de su esposo, creía que casándose con él, este iba a cambiar pero vaya que se había equivocado, lo habían hablado ya y el azabache prometió que no lo volvería a hacer, pero si por algo es conocido Quackity en el pueblo, es por no mantener sus promesas.

Sentia una fuerte tensión en los hombros debido al estrés que su trabajo y su esposo le provocaban, confiaba mucho en él y sabía que Quackity no le sería infiel pero, aun así, comportamientos como ese lo hacían dudar del amor y fidelidad del azabache.

Un par de toques en la puerta lo hicieron levantar la mirada, esperaba que fuera el pato quien se mostraba para aclararle lo que el karmanew decía sobre él.

—Pase.—Su voz salió más ronca de lo que le haría gustado, y con razón justa, tal vez su esposo estaba ahí; enderezo su postura esperando al responsable de su dolor de cabeza entrar en cambio cuando la puerta se abrió y su asistente entró, no pudo haberse sentido más decepcionado.

—Señor, el reporte de impuestos que me pidió ayer esta aquí.—El hombre de la tunica mantuvo su expresión seria.

Apoyo sus codos sobre el escritorio y volvió a su posición anterior, no tenía ganas de trabajar ese día, menos con el dolor de cabeza que estaba sintiendo en ese momento.

—Bien, déjalo aquí.—Sobo su sien con la yema de sus dedos, el dolor que presentaba su cabeza lo estaba matando justo ahora.

—Señor, ¿se encuentra bien?—La preocupación en la voz del asistente era genuina, pues el hombre poseía un gran estima y respeto hacia su jefe.

—Mi cabeza duele, ¿puedes traer algún analgésico?—Pidio sin dejar de masajear la zona.

Los ojos carmín del asistente miraron el periódico en el escritorio e intuyo el porque su jefe se encontraba en ese estado, el también se había sorprendido cuando leyo el artículo.

—Los analgésicos no ayudarán, si me permite...—Medito sus palabras un momento, estaba bien tener una amistad con su jefe como la tenia hasta ese momento, lo que posiblemente no sería correcto seria llevar a cabo su idea.

—¿Qué pasa, asistente?—Levanto la mirada hacia el joven frente suyo, si tenia la solución para su dolor, se la aceptaría.

Suspiro y se armo de valor.

—Si me lo permite puedo dar un masaje en su cabeza, tal vez necesite relajarse.

La solución sorprendió a Luzu por un momento, medito su respuesta brevemente y no le pareció tan mala idea, después de todo, conseguiría aliviar su dolor y después de ello se iría a casa.

—Bien.—Dijo sin más, se levanto de su asiento y camino directo a los sillones de la oficina siendo seguido por quien se había vuelto uno de sus más cercanos amigos.

Dejo caer su cuerpo sobre el cuero de los sillones mientras que su acompañante rodeaba el asiento y ponía las manos sobre su cabeza, con sus yemas masajeba desde la sien hasta la nuca con cuidado.

Lasiva ||Luckity, one-shot +18||Where stories live. Discover now