Capítulo 1

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—Por lo tanto, en virtud de los hechos presentados y los argumentos expuestos, decreto a favor de Lissa Stephens Landon. Como actual tutora legal de Sasha Davies Stephens y Elric Davies Stephens. Correspondiéndole así el uso absoluto de la vivienda familiar, una pensión alimenticia mensual por menor a cargo, añadiendo también a esta una pensión compensatoria. El régimen de visitas será de viernes a lunes, contando por supuesto con la petición del demandado, señalando a partes iguales repartidas en fechas vacacionales. Con un aviso de dos meses de antelación.

Tras unos segundos, el silencio en la sala se rompió abruptamente. 

—Me niego  —habló el demandado tras ponerse en pie de una manera brusca y atacante.Su voz a la par que su tono alzado demostraban toda la ira que trataba de contener. Sus músculos faciales se veían completamente tensos y su cara se había teñido a un rojo intenso.

El juez, quién lo observaba de una forma desaprobadora, secó el sudor de su frente con el dorsal de su mano antes de responderle. 

—Letrado, haga el favor de calmar a su cliente. Y también hágale saber que no tiene ningún tipo de petición tras el veredicto final. Es una obligación encomendada. Eso, o enfrentarse a una pena de mínimo 7 meses de cárcel y una multa a un costo muy elevado. ¿Qué opina, señor Davies? 

La sala se mantuvo en un placentero silenció hasta que el Juez, se animó a terminar de dictaminar la sentencia y por consiguiente, dar por finalizada la vista. 

Terminando así el caso de divorcio contencioso. 

—Esto no va a terminar así, malditas zorras —escupió en mi dirección. Todo esto una vez el juez había abandonado la sala. 

Con desdén, se dirigió junto a su abogado hacía la salida principal. Su fulminante mirada no me abandonó hasta cruzar el umbral de la puerta. La sala de inmediato se vació. Siendo mi clienta y yo las últimas en salir. 

Esta no parecía siquiera haberse percatado de lo recién sucedido. Solo una neutral mueca decoraba su rostro. La cual no mostraba ningún tipo de descontento, pero tampoco un ápice de felicidad tras su victoria. 

En completo silencio, recorrimos el largo pasillo repleto de puertas que daban a más salas como de la que recién salimos.

Casi acercándonos al portón de salida, detuvo su paso en seco. 

Giré, y me acerqué a ella buscando algún tipo de respuesta. Pero sus brazos, que repentinamente me rodearon me hicieron volver a mi sitio. Me había atado a un abrazo casi asfixiante. Mi poca movilidad en aquel momento no me permitió agarrar mi maletín, que durante el abrazo, se había estado deslizando por mi antebrazo lentamente. 

Como era de esperar, cayó al suelo. 

El estruendo obligó a Lissa a ser la primera en soltarse.

—Gracias —su susurro sonó ahogado. Tras este, se agachó para agarrar el bulto de cuero negro y devolvermelo.  

Me limité a observar su rostro acalorado, abordado por la emoción del momento. 

Este siempre fue el motivo por el que decidí estudiar abogacía generalista. Desde pequeña lo tuve claro. Quería ayudar a todo aquel que necesitase apoyo y protección. Siempre y cuando se contase con la veracidad del individuo. Por supuesto.

—Sé que has necesitado de mucho coraje y valentía para enfrentar a ese petardo y dar justicia tanto a tus hijos como a ti. Me hace bien verte así, saber que mi trabajo como tu representante legal en este caso ha dado los frutos que ambas esperábamos recibir desde el momento cero, me hacen sentir orgullosa  —le confesé.

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⏰ Last updated: Aug 02, 2023 ⏰

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