💜EUPHORIA💜 🔞[VKookV +18]🔞

01 ¿Qué son las coincidencias?

Jeon Jungkook nunca se había considerado una persona particularmente creyente. Tampoco se llamaría a sí mismo agnóstico, y mucho menos ateo. Era, simplemente, alguien que disfrutaba prestarle atención a esos pequeños guiños que el universo nos deja por aquí y por allá.

Jeon Jungkook, Licenciado en Marketing y empleado estrella de HYBE, había cruzado el océano por uno de esos guiños. Porque él simplemente lo sabía.

¿Qué sabía? Pues la realidad es que ni él mismo lo sabe. Pero lo sabe.

La propuesta de mover su vida a un nuevo continente vino de la mano de uno de sus mejores amigos y compañero de trabajo, Jung Hoseok. Iniciar el departamento de marketing de su empresa en la relativamente nueva filial americana, que había demostrado no solo ser rentable, sino encontrarse en el punto justo donde la inyección correcta de capital y recursos humanos haría que su crecimiento se volviera exponencial.

Ni bien Hoseok le comentó la propuesta, Jungkook se encontró a sí mismo aceptando. ¿Por qué? Porque lo sabía.

Hablarlo con sus padres fue extrañamente fácil.

Su padre no entendía por qué siendo un joven profesional de éxito, con un futuro prometedor, aceptaba mover su vida al otro lado del mundo solo por un pequeño aumento de sueldo, pero como lo habían criado para confiar en sus instintos y ser libre y seguro de sus decisiones, concluyó que lo apoyaría sea como sea, aunque esa mudara le pareciera desopilante. Además, si por alguna razón la experiencia no terminaba resultando lo que su hijo esperaba, siempre tendría un hogar al que volver en el calor de la casa parental. Porque tanto para él como para su esposa, su hijo era un tesoro nacido para brillar y para hacer del mundo un lugar más brillante con su resplandor.

Y su madre... Su madre también lo supo. Ella, quien le habló toda la vida a Jungkook de esos guiños del universo, quien le enseñó a verlos y escucharlos, a vibrar en esa sintonía y a dejarse llenar por su magia, miró profundamente en los ojos emocionados de su hijo y simplemente lo supo.

Un mes después se encontraban en el aeropuerto despidiéndose, entre llantos, sonrisas y abrazos. Palabras dulces y alentadoras, palabras que acogían lo más puro del deseo materno y paterno por la felicidad de un hijo, palabras de amor incondicional y de libertad.

Porque sí, ellos realmente habían criado a un hijo libre. Un hijo que en el seno de la sociedad conservadora coreana tenía más tatuajes de los que podían contar. Un hijo con perforaciones y aretes por doquier. Un hijo que había tenido el cabello de todos los colores del arcoiris. Un hijo que desde su preadolescencia había dejado muy en claro que le gustaban los varones, y un hijo al que desde esa misma edad se le había dejado muy en claro que amar era su derecho como persona, y no tenía importancia alguna a quién fuera que amara. Un hijo que siempre sería amado y respetado, el orgullo y la luz de sus padres. Su bebé de 28 años.

Después de un último abrazo, su madre tomó con delicadeza el rostro de Jungkook entre sus manos, para una vez más indagar en sus ojitos vidriosos, buscando reconfirmar lo que ya había visto. Y allí estaba. Pequeña y fulgurante, palpitando en lo más profundo del alma de su hijo. Un llamamiento. Un llamado a su felicidad. Esa misma calidez que a ella la había guiado hasta su esposo, a quién contra todo pronóstico amaba un poco más cada día. Y qué más podía desear para su hijo que eso. "Vas a ser tan feliz" le dijo y besó su frente para sellar en su ser sus buenos deseos y su bendición de madre.

Jungkook subió al avión y lloró una hora seguida en el abrazo de Hoseok, quien simplemente acarició su espalda y lo dejó sentir todo lo que necesitara sentir. Acompañándolo desde la presencia, habilitando un espacio seguro para que su amigo expresara el mar de emociones que colmaban su corazón y se escurrían por sus ojos hasta perderse en la tela que las atraparan.