Cuando dos extraños que no tienen absolutamente nada en común se ven obligados a casarse, su relación pondrá a prueba la famosa teoría: ¿Pueden realmente atraerse los opuestos?
Ran Haitani, el rompecorazones tiene dinero, fama, poder y está acostum...
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Estoy atrapada en un matrimonio de conveniencia con un multimillonario que va de chico malo, y no hay nada de amor en el.
Siempre me evita. Se queda por ahí hasta tarde. Y cuando los dos estamos en su enorme ático, rara vez nos dirigimos la palabra.
Hasta que una noche llegué a casa y lo encuentro en la cocina.
Tiene las mangas de la camisa subidas mostrando las líneas de tinta que recorren su brazo izquierdo donde puedo ver lo musculosos que son.
Cuando intenté dirigirme silenciosamente a mi habitación, el me llama. — Espero que tengas hambre.
Me detengo confundida.
— Estoy preparando la cena para los dos — dice mientras se da la vuelta y me mira con sus ojos morados fríos como el polo norte, asiento y el lame la cuchara con la que está cocinando la salsa. me quedé asombrada.
— He pensado que ya he intentado todo para que me dejes. —parpadeo sorprendida — mi padre nunca me dejará divorciarme de ti y si lo hiciera, perdería mi herencia. — se gira para echar un vistazo a la comida. Y añade.
— Así que ¿Qué necesitas para que me dejes?
Me muerdo el labio inferior, pensando que decir porque la verdad es que nunca podría dejarlo y nunca le podría decir por qué.
