Prólogo.

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Eleanor Mills es una escritora de gran prestigio y si hace cinco años la hubieran dicho que conoceria a un dios con el que tendria una hija preciosa, se habria reido en la cara de esa persona.

Pero aqui estaba preparandose para una firma de libros creca de la 5th avenida, esperando a que llegase la niñera para que cuidase a Cassie, su bella niña de cinco años. Su actual pareja estaba dando clase y no podia quedarse con la pequeña.
Ella le habia explicado que Cassandra era una semidiosa, cosa que Sander se tomo extrañamente bien, a él le encantaba la mitología griega y al principio se lo tomo como una especie de broma. Pero después de presenciar como la pequeña niña al enfadarse con uno de sus muñecos lo derritió, practicamente con solo mirarlo, empezó a tomarlo más enserio.

Y es que eso era una cosa que ni Eleanor ni él padre de la niña podían explicar. El dios le dijo que era algo muy raro y que nunca le había pasado a ninguno de sus hijos, asi que desde que nacio debe tener cuidado y ha ayudado a su hija a controlarlo, aunque en ocasiones cuando sus emociones son muy fuertes (normalmente las malas emociones) no puede controlarlo y termina subiendo o bajando la temperatura de su cuerpo u otro objeto.

Es la primera vez que llamaba a una niñera y esperaba que no hubiese ningún incidente, siempre estaba ella o Sander en casa con Cassie.

—Mami — la llamó la pequeña castaña de ojos almendrados.

—¿Qué pasa cielo? — preguntó ante la mirada curiosa de la niña.

—¿Va a venir una señora a cuidarme?

—Si cariño

—¿Por qué? — volvió formular la niña. Estaba en la edad de cuestionar todo.

—Porque mami debe ir  trabajar — contestó sonriente.

—¿Y Sander?

—Tambien trabaja, pero volvera antes de la hora de comer. Ya lo verás.

En ese momento sonó la puerta.

—Debe de ser la niñera —se dirigió hacia la puerta, pero se giró hacia su hija para añadir algo—. Recuerda ser buena y si te enfadas o te asustas recuerda...

—Cerrar los ojos y respirar despacito — terminó por ella.

—Eso es — sonrió.

Abrio la puerta encontrandose a una chica de no más de 20 años, rubia y sonriente. Por lo menos se la veia con ganas y buena persona.

—Usted debe de ser Ari, ¿me equivoco?

—No se equivoca — sonrió la chica y añadio—, por favor no sea tan formal. Me da un poco de vergüenza las formalidades

Rieron y Eleanor le hizo un gesto para que pasase al apartamento, el cuál no era pequeño que digamos.

—Tienen una casa preciosa — comentó Ari mirando todo a su alrededor. Luego se percato de la niña, quien la observaba cautelosamente—. Hola, tú eres Cassie ¿verdad? Yo soy Ari, un placer.

Cassie la observó un instante.

—Eres muy bonita — expresó finalmente.

—Aww, tú también eres muy bonita — dijo y cogió a la niña en brazos.

—Bueno parece que todo esta bien, asi que me voy — dijo Eleanor cogiendo su bolso y llendo hacia la puerta. Se giró hacia las dos chicas—. Sander llegara a la hora de comer, él te pagará lo que deba. Portate bien Cassie, hasta luego.

—Hasta luego

—Adios mamiiii

Eleanor se fue ha su firma de libros y Cassie decidió bajarse de los brazos de la joven.

I will come back to you | Annabeth ChaseWhere stories live. Discover now