Cuando la madre de Ciara contrae matrimonio con el respetable hermano del Marqués de Huntly, Ciara conoce en la boda a un encantador muchacho de trece años llamado Edwin. A medida que los años pasan, Ciara crece y se transforma en una joven elegante...
Hoy es un día trascendental. Al mirar hacia atrás en el tiempo, me encuentro recordando la ocasión en que mi madre se unió en matrimonio con el señor Gordon. Yo era entonces una joven soñadora, anhelando la felicidad para ella y cumpliendo mi más grande deseo de tener un padre.
Los años en el internado, plagados de crueldades y comentarios hirientes sobre la falta de un padre, quedaron atrás. Me imaginaba a mi padre como un apuesto príncipe y lo plasmaba en mis pequeñas óperas musicales. Pero todo cambió cuando lo conocí y me encantó. Un caballero cariñoso, el padre perfecto, que me permitió llamarlo papá. Formamos una familia hermosa, llevando con orgullo su apellido.
En la boda, conocí a mi primo, un muchacho vivaz de unos trece años. Aunque comenzamos con una travesura de trenzas, nos convertimos en inseparables. Pero el tiempo avanza, la distancia se interpone, y las complejidades de la vida adulta emergen.
Él se convierte en el Conde de Huntly y se marcha a Eton College para prepararse como el futuro Marqués de Huntly. Sus charlas y consejos se extrañan, pero ahora, al adentrarnos en la adultez, descubro que mis sentimientos hacia él han evolucionado.
Sus ojos verdes persisten en mis pensamientos, inspirando mis composiciones musicales. A pesar de la conexión profunda, descubro que lo vi besando a una de mis amigas, dejándome sumida en la tristeza.
Mientras mi madre y mi padre me presentarán en sociedad durante la nueva temporada en Londres, me encuentro en una encrucijada. Aunque no me obligarán a casarme, la incertidumbre se cierne sobre mi futuro. Solo deseo seguir mis estudios musicales en Viena, pero me aferro a revelarlo, temiendo decepcionar a mis padres.
¡Edwin, ojalá pudiéramos volver a ser niños, cuando todo era más sencillo!
La joven detuvo su pluma, dejando que sus pensamientos se desvanecieran en la oscuridad de la noche. Mañana, en su presentación en sociedad, se enfrentaría a nuevas decisiones y desafíos desconocidos.
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