Única parte (one shot)

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Érase una vez una delgada y sensual adolescente (claramente me refiero a mi, por si no se han dado cuenta con mi magnífica descripción) que vivía con su madre en el duro y solitario desierto del Sáhara. Pero esto no duró mucho. Mi felicidad acabó cuando mi madre consiguió un novio por Tinder y me echó de la casa, enviándome a vivir con mi padre, el aburrido Señor Irrelevante Cisne.

Fue un suceso catastrófico, mi nuevo hogar no tenía señal móvil por lo que estaba aislada del resto del mundo, lo que se siente como la tortura del anillo mas profundo del infierno. Para mi suerte (o mi desgracia), en aquel pueblucho lejano aún vivía Jacobo Lobisón, mi amigo de la infancia, al que no había visto desde hace una eternidad. Por algún motivo se encontraba mucho más peludo de lo que recordaba, aunque eso despertaba una revolución hormonal en mi interior.

Junto al él se encontraba un grupo de insoportables que me seguían en mi nueva escuela: Amiga #1, Amiga #2, y Emodel A'Camara. Una tarde, mientras estábamos almorzando ocurrió un suceso que cambiaría mi vida para siempre. Mientras intentaba tolerar las enfermizas charlas de Amiga #1 y #2, un grupo de estudiantes apareció en la cafetería, los jóvenes más ardientes que jamás había visto, simplemente sus presencias magnéticas atraían mi mirada. Especialmente el joven alto, de pelo castaño, ojeras que resaltan sus enigmáticos ojos, uñas de obsidiana, una monster bajo el brazo y un delineado negro que complementaba su oscura expresión. El despertaba los instintos más primitivos de mi ser por lo que le pregunte a Amiga #1 (¿o era #2?) por su nombre.

Ellos son la familia Chup O'Sangre, fueron adoptados por el buen doctor Carlitos. Son medio raros porque están saliendo entre ellos, o eso se dice. Bueno, todos menos Eduardo, el que lleva la monster, él está soltero, pero es inalcanzable-. Respondió con un tono burlón, incapaz de comprender su propia monotonía.

Para mi, ellos no lucían tan extraños, eran un conjunto de gente normal comparado con los ineptos de esta escuela, que eran una fotocopia más insufrible del anterior. Y había algo en Eduardo que resplandecía y no dejaba de deslumbrarme. Por mi fortuna, tuve la oportunidad de ser su pareja en clase de química (ojalá no fuera solo una clase de química), pero él constantemente se cubría la nariz, como si sintiera un olor extraño... Espero no haya notado que no me baño desde hace tres semanas.

Cuando menos lo esperaba, espontáneamente comenzó a hablarme, las primeras palabras que me dirigió fueron tan románticas que casi me desmayo.

- Flaca, ¿hace cuanto no tocas la ducha? No se puede ni respirar cerca tuyo.

Sin embargo, contuve mi necesidad de saltar a sus brazos, acomodarme y no salir más para poder trabajar y aprobar la clase. Hacia el final de la hora, mi dedo se resbaló accidentalmente por sobre un fragmento de vidrio roto, dejando salir un pequeño brote del carmesí líquido que nos hace humanos. En ese mismo instante, Eduardo salió corriendo. No entendí porque lo hizo, pero luego de hacer el sacrificio de preguntarle a Emodel A'Camara cuál era su casillero, le deje una nota con mi número de teléfono escrito en ella, esperando a que me escriba. Claramente eso no sucedió, Eduardo se hacía desear, pero encontré su Instagram esa misma noche. No tenía ningún post, sin embargo contaba con algunas fotos en su historia donde defendía los derechos de los vampiros. Sólo pensarlo me hace suspirar, ¡eso significaba que, entonces, él también era fanático de Hotel Transylvania! Cada vez mi teoría de que era perfecto para mí se volvía más y más fuerte... 

Pasé algunos días stalkeando su cuenta, incluso si él me bloqueaba podía regresar con usuarios nuevos. Hasta que logré armarme de valor y lo cité en el bosque oscuro ubicado al lado de la escuela. Algunos dicen que es peligroso, pero yo creía que era el lugar ideal para una cita, y quien sabe, quizás para algo más. 

Nos encontramos en el bosque, en la coordenada acordada, el apareció justo a tiempo, sorpresivamente detrás de mí, podía sentir su aliento en mi cuello. Cuando me di vuelta nuestras caras estaban demasiado cerca, pero logré resistirme la necesidad de besarle, por tentadora que fuera la situación. Antes de que pudiera decir nada él habló, dijo que el bosque era un lugar único y maravilloso para una reunión.

(SIN) ESCRÚPULOSWhere stories live. Discover now