Único

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Heeseung sabe que no está bien.

Hablar con otro chico, serle infiel a su novio. No está del todo bien, pero es justificable para él cuando se ha enterado de que su pareja desde hace dos años le ha estado engañando con su ex.

Su situación está jodida, sabe que cuando Sunoo sepa que está hablando con uno de sus amigos de manera sugerente todo se acabará. Pero a este punto, ya no le importa.

—Estaré allí en quince minutos —es lo que decía el último mensaje de Jake.

Si le hubiese hablado ayer, tal vez lo habría rechazado, le habría dicho que no podía llegar a verlo a las tres de la mañana solo porque quería hablar con él en persona.

Sin embargo, ahí está, esperando a un chico que no es su novio.

La motocicleta de Jake hace una entrada triunfal, el motor rugiendo con fuerza siendo el único sonido en las calles vacías, su color rojo vino destellando a pesar de la penumbra. Hubiese aplaudido si no fuera porque nadie, ni su familia, debe enterarse de que él está ahí.

—¿No quieres hacer más ruido con tu maldita moto? —Mira de mala gana al otro.

—No pensé que tuviese que ser discreto. —Jake sonríe de lado. Baja quitándose el casco, su cabello castaño se despeina con el movimiento, yendo en diferentes direcciones.

—Vivo con mis padres.

—No tengo que entrar a tu casa, podemos hablar aquí.

—De ninguna manera, hace demasiado frío.

Jake asiente, obedeciendo su orden de no omitir ningún ruido en lo que llegan a su habitación. Ahora que él está ahí, Heeseung no sabe de qué tema podría hablar, ¿tiene sentido que Jake esté en su casa para pasar el tiempo cuando ni siquiera son amigos?

¿Se conocen? Claro que sí. Eran buenos compañeros cuando estudiaban juntos en la misma escuela, al graduarse perdieron contacto y se reencontraron cuando su novio actual los presentó, siendo Jake uno de su círculo de amigos. Siguieron comportándose como antes, tratándose como conocidos y compañeros, no como grandes amigos.

Se mantuvo la distancia, hasta que Jake le escribió en la madrugada.

—Tu cama es muy suave.

—Lo es, pero has venido aquí a conversar, no a acostarte sobre mi cama. —Heeseung está sentado en el sofá que se encuentra junto a su ventana esperando a que el otro deje de fisgonear alrededor.

—¿Por qué no te acercas? Estás muy lejos —dice el castaño cuando lo ve.

Duda en hacerlo, presiente que la situación se saldrá de control.

Después de todo, está en el mismo espacio cerrado que Jake Sim, el chico que llama la atención de muchos en el campus, el que es un coqueto natural, sinvergüenza. Al principio Heeseung lo veía como otro chico más, sin nada en particular que destaque en él. No pasó mucho tiempo para que notara que tiene una sonrisa encantadora y una mirada que penetra hasta el alma, ahí lo entendió todo.

Decide que se arriesgará, así que toma lugar a su lado, sus hombros se rozan al acomodarse.

—Me gustan tus ojos —dice Jake y luego se muerde el labio, lo que deja desconcertado al contrario—. Son lo que más me gusta de ti, te ves tan... inocente.

Heeseung suspira al escucharlo. No es un ser inocente, pero le está gustando darle esa imagen a Jake. Se pregunta si el castaño siente el ambiente tenso, si se está poniendo caliente también.

Cuando le da una mirada de arriba abajo siente sus manos arder por querer tocar su rostro. Se deja de rodeos y se lanza sobre Jake, atrapando sus belfos con los suyos.

Se siente tan bien, ese beso le sabe a gloria.

Sus labios son tan suaves, son como algodón de azúcar. Lo toma por el pelo, cerca de su cuello, no puede evitar cortar el beso solo para admirar su rostro sonrojado y sus labios rojos e hinchados. Ahora su sonrisa es más suave, hace el amago de volver a besarlo pero Heeseung no se lo permite.

—No deben escucharnos.

—Seré silencioso, aunque no sé si tú puedas.

Nunca había engañado a sus parejas, de verdad que no. Siempre ha sido la clase de persona que trata con respeto a los demás, no se mete en peleas y, aunque puede llegar a tomar decisiones apresuradas, intenta hacer lo que cree correcto.

Lamentablemente no está siendo tan correcto ni moral en este momento, mientras deja que Jake se deshaga de su ropa lenta y tortuosamente.

Deja que él haga todo, solo para tomarse el tiempo de admirar su cuerpo semidesnudo. Su piel bronceada le parece tan atractiva, no duda en pasar las manos por sus abdominales marcados, recorriendo el área hasta llegar a la "V" que se forma en su ingle, que le enloquece y le hace querer ver más allá, le gustaría probar hasta donde le sea posible.

No está pensando claro, se deja llevar por el deseo.

Una vez que ya no tiene ninguna prenda, es el turno de Jake de tocarlo; desliza las manos por sus piernas, va dejando besos por el camino que le provocan mariposas en el estómago. Abre sus piernas para colocarse sobre su cuerpo. Heeseung está expuesto ante él, un chico que no termina de conocer, pero está dispuesto a dejar que lo tome sin cuidado y le cumpla hasta sus más retorcidas fantasías.

—Lo lamento por tus padres —dice Jake antes de embestirlo.

Han pasado dos semanas desde lo sucedido con Jake. En ese lapso de tiempo terminó su relación con Sunoo. Deseó haberlo hecho antes, pues ese rubio con cara de ángel no era más que un manipulador que lo quería para él solo a pesar de no amarlo.

El día que rompieron fue un caos, iniciando porque el maldito le echó en cara que lo había engañado con Jake. ¿Y cómo supo eso? Se preguntó en el momento, pero vaya sorpresa se llevó cuando le enseñó las conversaciones con el involucrado, mismas a las que accedió desde su propia cuenta, ¡su cuenta! Poco sabía que Sunoo tenía sus contraseñas y vigilaba toda su actividad.

Aprovechó la situación para desquitarse con su ex en ese instante, hiriendo su orgullo y soltando palabras que nunca le diría a nadie en voz alta. Le bajó el ego al gritarle que había disfrutado de engañarlo con su amigo, ya que este sí sabía lo que hacía en la cama. Y ahí quedó. De nuevo, sabía que estaba mal, pero se permitió la libertad de cometer el error.

No se sintió triste, se sintió en paz.

Ahora sigue su vida normal. Solo hay un pequeño cambio: Jake pasa a visitarlo de vez en cuando a las tres de la mañana.

3:00 A.M.Where stories live. Discover now