Capítulo 19: Veintiocho (I)

40 5 5
                                    



Iam.



~30/05/2021~



Miro el techo siendo las cinco de la mañana y luego me estremezco al sentir la mano de Ximena, tocar mi abdomen desnudo. La sabana se mueve hasta mostrarme su espalda y la cubro para que no le dé frío.

El masaje que me dio sin duda me relajo, pero cuando dijo que me daría mi regalo de cumpleaños adelantado, el sueño se me fue en un abrir y cerrar de ojos.

Esperaba algo normal, pero me sorprendió que me esposara las muñecas para después ella hacerse cargo de darme los mejores orgasmos que he tenido. En un punto perdí la cuenta de la cantidad, pero exactamente, a la una de la mañana ella me deseo feliz cumpleaños y decidimos descansar cuando nuestros cuerpos nos lo pedían a gritos.

Dormí durante tres horas y me desperté cuando escuché los ladridos de Luam. Resulta que al parecer olvido que afuera había personas cuidándonos y se asustó al ver sombras por las cortinas.

Desde ahí estoy despierto, con una mano esposada, ya que a Ximena se le olvidó quitármela, por estar pensando en las cosas creativas que uno puede conseguir con esto.

Al girar mi cabeza veo la llave sobre su mesita de noche y la tomo para evitar que el metal me siga dejando marcas.

Me coloco de lado y paso mi brazo por su cintura para cercarla todo lo que pueda a mi cuerpo. Escucho que murmura algo respecto a un arma y empiezo a trazar mi nombre en su antebrazo descubierto una y otra vez.

Sé que aún está muy dormida, pero yo estoy todo tenso y necesito más de ella. Necesito que repita lo de unas horas atrás y que haga más cosas si es posible.

En el reloj veo como las horas pasan hasta que dan las seis y media. Recién ahí noto que comienza a querer despertarse.

Continuo con mis caricias, mientras observo que, en uno de los colgadores de mi pared, ella tiene el estuche de su pistola, con el arma y la placa de detective.

Poco a poco en mi mente se va formando una imagen y sonrío al descubrir que quiero que me dé regalo.

—¿Por qué no bajas más la mano? —escucho que dice en un murmuro y detengo mi acción.

—¿Ya paso el dolor? —le pregunto al recordar que antes de cerrar los ojos, menciono algo, cobre que le dolía en medio de las piernas.

—Un poco, pero no me opongo a darte y que me des más atención.

—Eres codiciosa —subo mi mano hasta sus pechos y mientras masajeo uno, voy directo a sus labios para besarla.

Ximena es la única que tendrá control alguno en mí, es mi talón de Aquiles, es lo que he deseado y es lo que he querido y querré en esta y otra vida más.

La coloco arriba de mí, en un movimiento rápido y la vista es majestuosa. Su cabello cubre sus lindas tetas, pero la piel erizada queda a la vista.

—Espero y este cumpleaños sea el mejor.

—Contigo arriba de mí, está empezando de maravilla —masajeo ambas piernas —. Ya sé que quiero de regalo de tu cumpleaños —añado enseguida.

—Te di tu regalo de cumpleaños hace horas.

—Te gustará tanto a ti como a mí —le hago saber —. Enséñame a disparar.

Esas tres palabras hacen que sus ojos se abren y a la misma vez brillen.

Dolor y Tormento© - Trilogía: Dos Palabras - Libro #2 - En PausaWhere stories live. Discover now