Una cacería llena de secretos , accion y suspenso
En una sociedad donde los avances tecnologicos y la ciencia son los motores de su orden, un grupo de chicos psiquicos deberán averiguar y boicotear una conspiración.
La cual es orquestada por un...
Cuando un viejo hombre se disponía a recostarse en su cama después de un largo dia de trabajo, algo interrumpió su calma.
Cerca de una esquina de su dormitorio, habia una especie de silueta de color negra, casi como una sombra, pero mas abultada y real como una persona.
No se movia, solo le miraba fijamente y repentinamente comenzó a susurrar la misma frase una y otra vez con un tono desgarrador.
El sujeto inmediatamente supo que era un espíritu enviado y que debía tratar de ayudar a quien lo habia hecho presentarse hasta el.
Pues si alguien habia logrado hacer que un espíritu se tomara la molestia de ir hasta su casa, era porque realmente amaba mucho a aquel medium al que protegía.
Las palabras que aquella alma en pena repetía y repetía era.
« Salva a Sayen, salva a mi niña, no dejes que nada malo le pase ni que se la lleven esos hombres, debes ayudarla »
El sujeto hizo caso al espíritu y no descanzo hasta encontrar a la muchacha y alejarla de sus catastroficos padres, los cuales miraban a la muchacha con miedo y odio al saber de sus habilidades.
El buen hombre la ayudo a superar sus miedos y la llevo a vivir a un lugar que él mismo construyó para poder albergar a muchachos con las mismas habilidades o similares.
Aquel lugar ese dia fue bautizado con el nombre de La pitonisa.
Despues de un tiempo, un dia que estaban caminando por la calle del puerto principal, el espíritu se volvio a presentar ante el sujeto y le volvió a susurrar lo mismo.
Fue entonces cuado él supo, que salvar a la muchacha no significaba haberla salvado de sus padres y de que casi la entregaran a los misticos, ni no mas bien que se trataba de salvarla ahora y hoy.
Cuando llegaron a rodearlos, agentes misticos y los VAMPROS, el sabia que era el momento al que se refería el espíritu.
Decidió entregarse y servir de distracción para que la muchacha corriera a un lugar seguro.
Sabia en el fondo que aquella muchacha tenia un don extraordinario que aun necesitaba se utilizado para un bien aun mas grade que su vida.
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DONES Y MALDICIONES
CAPITULO :
La trampa de Sayen.
Respiré profundo unas cincuenta veces para poder calmarme del todo y llegar a la conclusión de que toda la ira que tenia no era más que un arrebato de niñeria que había sido causado por el estrés de todo el entrenamiento, es decir, generalmente no soy de esos que se molestan por estupideces como estás. al contrario, soy de los que realmente considera esas cosas una ridiculez que demuestra lo basico y poco asertivo que una persona puede llegar a ser.
