Skyfall

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No podía respirar.

Sentía como una rafaga de aire caliente entraba en mi cuerpo, quemando todo a su paso. Sentía mis piernas temblar y las gotas de sudor bajando por mi cuello, bajando por mis párpados y entrando en mis ojos. Los gritos de mis compañeros no eran más que sonidos sin sentido en mis oídos.

Teníamos que seguir, ya no nos quedaba mucho tiempo. Podía sentir la mano de L26 tirando de la mía. La figura de M38 se movía con rapidez delante de nosotros, iba descalzo, como todos nosotros. La bata de laboratorio antes de un color blanco brillante ahora exhiben un patrón de rojo y marrón y distintas manchas de procedencia dudosa. Si me fijaba un poco más verías las mismas manchas en la bata de Logan y es muy seguro que la mía también estuviera así. Sangre, tierra, y líquidos salidos de nuestras cámaras de criogenización en donde nos mantenían a mínimas temperaturas y llenos de un líquido que te paraliza, el mismo líquido que aún estaba en mi cuerpo y me impedía seguir el ritmo de mis compañeros.

-¡K11! ¡K11 vamos,tú puedes!- otro tirón de mi mano me impulsó hacia delante y sentí mi cuerpo chocar contra L26.

-Ya no puedo más, no puedo seguir-sentía como mi cuerpo se iba rindiendo contra el líquido paralizante. De los tres yo era la que aún no expulsaba de todo los químicos en mi sangre.

-¡Si puedes K11! ¡Ya casi logramos salir de aquí!-sentí sus manos tomar mi cara, pero no podía reconocer sus rasgos, solo el rojo antinatural de sus ojos y el olor de la sangre de los enfermeros que nos tenían atados.

-¡L26! ¡K11!- los gritos de M36 rebotaban en lo más profundo de mi cerebro, produciendo un eco horrible, aumentando mi malestar.

-Lo siento K- fue lo último que pude escuchar antes de que la oscuridad se llevara todo rastro de vida.

Experimento número 11, paciente K prueba uno.

Otra vez esa voz, siempre la he escuchado, desde que puedo diferenciar las voces y sonidos esa voz siempre ha estado ahí, dictando mi nombre y las cosas que creo que me están haciendo. Siento el ya conocido dolor del líquido que siempre me ponen antes de ir a la cámara de frío y perder la conciencia.

Puedo sentir el tacto frío de los enfermeros y médicos en mi cuerpo desnudo. Solo tenía un extraño casco cubriéndome la cara y los interminables cables y conexiones por todo mi cuerpo. No recuerdo la última vez que sentí otra cosa que no fuera el mordisco de la aguja en mi piel , o el escozor de los chupones en mi cabeza y manos, o dónde quisieran ponerlos.

Esta vez fue diferente a las otras veces, pero igual que siempre. La misma voz dictando mi número de serie y dictando las cosas que me hacían, las mismas manos frías tocando mi piel, los sonidos de las máquinas que mostraban mis latidos, la misma rutina seguía su curso. Nadie sospechaba que hoy sería el último día que escucharan esa voz robótica, el último día que esas manos tocaban mi piel. El último día en el que sus corazones latieron.

Sentía el viento acariciarme las mejillas y una fuente de calor rozando mi cara. Parpadee un par de veces, irritada por la cantidad de luz, muy diferente a la luz artificial de ese horrible lugar.

-K11- escuche mi numero de serie y mis ojos buscaron la voz que me llamaba.

Estaba tendida en el suelo, el césped picando en mi piel expuesta por la bata de laboratorio que aún tenía. Aún no sentía del todo mi cuerpo. Mi boca estaba seca y sentía la garganta en llamas.

-Ese no es su nombre Logan. Ya no estamos en ese maldito lugar- sus palabras estaban llenas de un resentimiento y odio que no sabía a quién eran dirigidas, si al chico que me estaba viendo o a las personas de las batas-Tiene que recuperarse, no nos podemos quedar aquí mucho tiempo. Ellos ya deben de estar buscándonos.

Mis neuronas aún no lograban conectar con todo lo que estaba pasando, pero pude reconocer las caras de los dos chicos.

L26 o mejor dicho Logan Foley, guardia personal y mi mejor amigo desde la infancia. Y Morgan Regan, mi otro guardia personal y caballeros de la Guardia Real de Alexandria, mi hogar.

-Lo siento Princesa- agacha la cabeza en señal de reverencia-tome mi mano, la ayudare  a levantarse.

Ignoro la mano tendida y le doy una rápida inspección. A pesar de la tierra y sangre que manchaba su cara no había ninguna herida a la vista. Su cabello negro estaba mas largo, creando pequeños rizos en la base del cuello, mechones desiguales caen en su frente. Nunca lo había visto con el cabello tan largo, por norma los caballeros debían de tener el cabello más corto que el resto, era una regla pertenecer a la Guardia, mostraba la pérdida de la vanidad y era una forma de presentar respeto hacia la familia real y los antiguos.

Miró más allá de su hombro y me encuentro con unos orbes tan verdes que era casi incomodo verlos. Su cabello, de un tono naranja estaba igual de largo que el de Logan demostrando el tiempo que teníamos en ese lugar. Su bata, igual a la que tenía Logan y la mía pero estaba más manchada y con pequeños agujeros, seguramente los hombres de bata blanca usaron tubos de metal que botaban fuego. Después de tanto tiempo aun no sabían que esas cosas no nos hacían daños.

-Vamos Princesa, es hora de regresar a casa-volví a enfocarme en Logan, y después de un lento parpadeo tomé su mano y me ayudó a levantarme del suelo-¿Está bien? ¿Le duele algo?

-Estoy bien Logan-mi voz estaba ronca, como si no hubiera utilizado mis cuerdas vocales en días-¿Y ustedes? ¿Están bien?

-Estamos bien Alteza-Esta vez fue Morgan quien respondió, y fije mis ojos en los agujeros que tenía. Bajo la mirada y con voz calmada dijo-No se preocupe Princesa, no fue más que cosquillas, esta vez logre activar el escudo a tiempo.

Los escudos son como una especie de segunda piel, solo funciona para la persona que la puede activar, y requiere un gran estado de concentración y fuerza vital para hacerlo.

-¿Cuánto tiempo estuvimos retenidos por ellos?

-Cuatro lunas, si mis cuentas no fallan- y nunca lo hacían.

-¿Cuánto tiempo he estado dormida?-Doy una rápida inspección del lugar en donde estamos, y solo veo un espeso bosque, árboles casi tan altos como en Alexandria, pero estos estaban dormidos, no podía escuchar sus voces y sus hojas no bailaban al ritmo del viento-¿Alguno de ustedes sabe en dónde estamos?

Fue Logan esta vez el que habló.

-Estamos en la tierra Alteza, cuando estaba en la tumba de hielo escuche a esas personas no dejaban de decir palabras como "extraterrestres" y "conquistar la tierra", también mencionaron nuestra orejas. Aunque no se que tienen que ver nuestras orejas con el dominio de la tierra- tocó la punta alargada de sus orejas, un claro indicador de nuestra descendencia élfica.

-Cámara de criogenización-mi voz se escuchaba distante, mientras recordaba el tiempo que pasamos estas últimas cuatro lunas.

Un escalofrío me sacude el cuerpo. Trato de apartar esas imágenes y miro a mis guardias y amigos.

-Es hora de regresar a casa, planear la destrucción de los desagradables humanos, ¿creen que venimos a conquistarlos? Les enseñaremos lo que es una verdadera conquista. Nos sentaremos en nuestros tronos y los veremos caer, beberemos vino mientras ruegan por piedad... nunca les perdonaré lo que nos hicieron- Mis palabras serias, el rencor corriendo por mis venas al recordar todo lo que pasó después de ser absorbidos por el portal, todas las veces que fuimos usados, lastimados y maltratados en ese maldito lugar solo por ser "seres de otro mundo". Los humanos conocerán el poder y el porque soy...

La princesa de Alexandria.                       

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⏰ Last updated: Mar 18 ⏰

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