Cap 1

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La soledad que sientes es abismal, un vacío que no se puede llenar, una voz que intenta gritar ahogada en una cascada que desborda por tus ojos, lo único que puedes decir ante tan ensordecedor silencio es... Me tengo que ir.

Y así comienza mí historia, soy _______ nací en Argentina, tengo 21 años, trabajo como barista en una cafetería y en mis tiempos libres me gusta estar en mí huerta
Vivo con mí madre Clara y mis dos hermanos pequeños Luz y Augusto, los amo un montón
Estos últimos años sentí que mí destino estaba en otro lugar, que el mundo del café me llamaba y que debía irme a viajar por el mundo

Mí recorrido comenzó en Brasil, donde pude conocer el café en su formato planta, fui a la finca "El rubí" donde me esperaban hectáreas y hectáreas de cafetos ya por cosechar, los recolectores me recibieron como parte de la familia y aprendí mucho más sobre lo que me apasiona
Continué por Bolivia y después por Colombia, ya era una barista intermedia casi avanzada, estaba muy emocionada por todo lo que aprendí en el último tiempo pero quería volver a ver el café en formato líquido, añoraba volver a una cafetería y desarrollarlo, ver a la gente deleitarse con el aroma y sabor del bendito café así que para dar un enorme salto decidí irme a Madrid a probar un poco de suerte
La búsqueda de cafeterías costó bastante ya que no encontraba una que realmente amara el café y no solo lo vea como algo comercial
Hasta que, caminando por las calles de Madrid me topo con una maravilla, era pequeña pero acogedora , casi que podría decir que era la cafetería de mis sueños, entre un poco nerviosa a dejar mí currículum, apenas entrar noto mucho alboroto
Un señor estaba a los gritos por un problema con la cafetera, de la misma estaba saliendo humo yo sabiendo algo de mecánica me pude percatar que era una pérdida de agua que caía justo en la bomba ocasionando vapor, un poco temerosa me acerco al señor y le digo el problema, me pide que lo arregle casi en modo de súplica cosa que yo acepto al instante y como creía era ese problema
Luego me decido a entregarle mí currículum y me vengo a enterar que el señor es el mismísimo dueño. Procedo a retirarme cuando el dueño me dice si me gustaría empezar a trabajar ya, yo súper contenta acepto y así empieza mí travesía por Madrid

Pasaron los meses y en un abrir y cerrar de ojos ya había cumplido un año trabajando en la cafetería,
Ese día salí temprano de trabajar.
Iba caminando por las calles solitarias cuando me encuentro una viejita a la cual su bolsa de compras se rompió por ende toda su mercadería estaba desparramada por el suelo, rápidamente me dispongo a ayudarla

No fue el momento/ renezz y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora