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Baby

Baby. Este viejo impala, el bebé de Dean, que a sobrevivido mucho y se a dañado otro poco. A visto demasiado en esta vida. Vio cuando concibieron a Dean, a Sam. Vio cuando John estaba loco por que ya era el parto. A visto demasiado, pero esa tarde fue diferente, algo había cambiado. Vio a Dean entrar a la cochera, se veía decidido, fueron a un lugar que no reconoció. Luego lo vio regresar con una gran caja. Tal vez eran bujías nuevas. Llegaron a la manción y Dean se bajo corriendo con la caja. Pasaron días, más de los que Dean soporta estar lejos de Baby. Cuando volvió no llegó solo. Fueron hasta un bosque, a dos pueblos de distancia del que estaban. Se subieron sobre el capo los escuchó, hablar de todo y nada, tomados de la mano, viendo las estrellas. El beso, ese beso.

El impala a visto muchas cosas, demasiadas cosas. Y ese beso, era algo que ni el mismo podía entender. Subieron al asiento trasero del impala, declarando un amor del que solo fueron testigos, la Luna, las estrellas y el impala. Si Baby fuera una persona, tendría sientos de historias de aventuras y demasiados traumas seguramente. La de la como llegaron a esa noche, seria su historia favorita. Desde el inició era obvio, esos ataque de celosos, esas miradas por el espejo retrovisor, sonrisas que solo se le escapaban a un distraído. Vio a ese niño crecer, saber que ahora era feliz lo volvía feliz. Al momento que tenían que irse el auto empezó a fallar, las bujías necesitaban cambió. Ambos desaparecieron. Baby se quedó ahí, procesando todo lo que a vivido, lo que a hecho y experimentado. Si tan solo los sobrenaturales que apostaron supieran lo que el sabe, unos ni siquiera hubieran arriesgado más de 40,000,000 dólares en la apuesta. Si fuera una persona que entrará a la apuesta, con gusto recibiría el dinero para sus bujías.

Cuando regresaron y lo arreglaron, vio su convivencia, eso no era solo sexo como otras relaciones, no era algo pasajero, no era un amor de verano. Era un para toda la eternidad. Y con gusto los llevo de regreso, estuvo en el inició y estaría en el final. El estaría ahí en cada paso, no importaba si un día se volvía chatarra vieja o algo. Ahí estaría, en partes, completo, no importaba, el final lo llamaría. Lo supo desde el inicio, era justo que viera todo ese trayecto. Y no se, tal vez un día, vuelva a llevar niños en su asiento trasero.

¿No era obvió? [✅️]Where stories live. Discover now