Jamil Viper, un estudiante serio, encuentra en la cafetería su único refugio durante el tumultuoso día escolar. Gracias a la indulgencia de Kalim Al-Asim, Jamil ha obtenido un breve respiro durante la hora del almuerzo para relajarse y alejarse del...
Azul lo observaba atentamente, sin saber cómo apoyar a su compañero de estudios. Pensó en ofrecerle un contrato a Leona, uno que beneficiara a ambos, pero descartó la idea al recordar el desastre que fue su último acuerdo con él. Kingscholar no es alguien que uno deba de tomarse a la ligera; su personalidad contrastaba demasiado con el "calmado" de Jamil. Si Azul quería ser de ayuda, tenía que idear algo que funcionara. Verdaderamente quería ser amigo de Jamil y apoyarlo en lo que pudiera. Tal vez podría contar con la ayuda de Jade y Floyd al regresar al dormitorio y encontrar una solución rápida y eficaz.
O simplemente estorbar consolando; lo importante es participar.
"¿Qué debería hacer?" Jamil miró a Azul, esperando alguna sugerencia, pero solo encontró un rostro igualmente desconcertado.
"Quisiera poder darte un procedimiento con buenos resultados, pero por más que pienso..." Azul se detuvo, buscando las palabras adecuadas.
"Esto es más difícil de lo que pensé. Algunas personas podrían simplemente decir que lo eche, pero no es tan fácil." El de tez oscura tomó un poco del jugo que tenía en la mano y después suspiró.
"¿Habrá alumnos que piensen que Leona es fácil de echar?" El prefecto de Octavinelle levantó una ceja, y chasqueó la lengua.
"Definitivamente no." Jamil rió un poco. Al menos podía estar menos estresado con la compañía de Azul.
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"Ideas." Demandó Jamil, esperando que alguien le ofreciera una solución.
Floyd y Ace se miraron entre sí. El club de baloncesto se había convertido en un lugar de desahogo. Ace comenzó con esto al quedarse atrapado con asuntos de su dormitorio, seguido por Floyd y ahora Jamil. Los demás miembros escuchaban de vez en cuando por simple curiosidad.
"Pues... Jamil..." Ace rompió el silencio, buscando algo que decir.
"¿Por qué no solo lo golpeas?" Floyd interrumpió a Ace, ofreciendo una solución 'fácil'.
Ace se mostró incrédulo, "¿Golpear al prefecto de Savanaclaw?"
"Sí." Respondió Floyd con una sonrisa.
"No me ayudan." Jamil dijo, finalizando la conversación y dejándose caer al suelo de espaldas, tratando de calmar su mente y descansar un poco de su pesar.
