31. Wekufe en la otra dimensión

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Los Wekufes son conocidos como seres demoniacos llenos de maldad que generan energías que se caracterizan por su tendencia a perturbar o destruir el equilibrio existente en el mundo.

Se dice que sus poderes son catastroficos y malignos.

Son seres siniestros que habitan en el plano astral.

También se dice que muchos Wekufes permitirían ser manipulados por los kalkus, para que estos los utilicen como un medio místico de obtener poder, y para ser utilizados a distancia para "enfermar" y matar a ciertas personas de bajo espíritu.

Esta sería la razón por la que se dice que el kalku poderoso heredaría el espíritu Wekufe que servía a un ancestro que también fue calcu.

Sin embargo, al utilizar a los Wekufes, los calcus voluntariamente también serían sirvientes de estos seres.

Sin embargo, al utilizar a los Wekufes, los calcus voluntariamente también serían sirvientes de estos seres

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DONES Y MALDICIONES

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Wekufe en la otra dimensión


Cerré mis ojos y comenzé a apuntar hacia aquella manta de color negro concentrandome en poder ver que era lo que realmente sentía, fisica y espiritualmente, de esa manera podria deducir que era lo que realmente le estaba aquejando.

Pude sentir sus organos fusionándose con los mios, como si ambos compartieramos una sola carne y huesos,

Mi garganta comenzó a arder y unas ganas fuertes de toser me invadieron justo como él lo estaba sintiendo todo el tiempo que me habia hablado por el breve momento que habíamos estado juntos.

Ademas de eso, una pesadez en sus hombros me dolía, eso si, intuí inmediatamente que esa carga en su espalda no era nada mas ni menos que un parasito energetico que le estaba quitando la fuerza, a tal punto de solucionar hasta lo mas vital.

Entonces con todo mi odio por lo arto que me tenia toda esta payasada para poder encontrar la maldita evidencia, comenzé a apretar a aquella cosa energetica que le molestaba hasta que la logre reventar de sobredosis de mis energias.

Luego de eso por un minuto aquel bulto se quejó muy fuerte de dolor, pero poco a poco todo se torno un poco bizarro.

Sus quejidos poco a poco se fueron transformando en unas horrendas carcajadas, las cuales solo fueron interrumpidas solo por leves tosidos que esté emitía de ahogamiento.

- ¿Estas bien? -le pregunté titubeando en mi tono al no entender que era lo que le pasaba.

- Por supuesto que estoy bien, de hecho estoy mejor que nunca -me dijo parándose de la nieve fria y quedando completamente erguido en aquel manto que aun no me dejaba poder ver a quien o que, se encontraba bajo el.

- Que bueno me alegro, pero ahora debo seguir buscando aquélla vitrina - le dije sin querer sonar muy descortés, pero al mismo tiempo claro que no podia seguir ahí con el.

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