Capítulo 23

21 1 0
                                    

Espero que les esté gustando los capítulos y también que los estén disfrutando. Gracias por llegar hasta esta parte de la historia, ya faltan poquitos capítulos para que esta primera parte del libro finalice. Soooo...

Comenzamos con la cuenta regresiva.... Jujuy ;)

— ¿Estás lista minion? —me preguntó, viéndome de reojo.

— Más que lista —le respondí felizmente, mientras colocaba mis manos sobre el volante.

— Es tu momento para arrepentirte... —se le dibujo una sonrisa de lado en el rostro.

— Me tarde demasiado tiempo tratando de convencerte —ladeé la cabeza a su dirección —. No creas que me voy a rendir ahora...

Volví a enfocar mi vista hacia al frente.

— ¿Y esto donde se enciende? —intente averiguar el botón que debía presionar.

— ¡Oh, venga! Esta será una clase muy, muy larga —dijo entre risas. Se inclinó a mí para encenderlo.

¿Así de fácil?

— ¿Estás listo para que esta loquita te asuste cada segundo? —le preguntó a bombi como si le fuera a responder. No había dejado de acariciarlo. Yo solo entorne los ojos, viéndolo fijamente.

— Claro que no lo asustare. Se algunas cosas... —dije en mi defensa.

— Así... ¿cómo cuáles? —me miró, divertido.

— Eh... —intenté recordar.

No funciono.

— Pobre de nosotros bombi...

Le solté una palmada en el hombro, lo que a él le causo más gracia. Para ser honesta no recordaba mucho cómo hacer esto. Hacía tiempo que no tomaba un auto. Mis conocimientos vagos en esto, estaban demasiado empolvados para salir a la luz, pero confiaba en que saldrían en algún punto. Mateo comenzó a explicarme para que servía cada parte de lo que tenía frente a mí y muchas cosas más que no entendía en lo absoluto; pero mostraba una cara de total entendimiento y seguridad.

¿En serio iba a poder concentrarme teniéndolo tan cerca de mí?

La zona por la que íbamos pasando era bastante tranquila. Apenas pasaba un auto cada dos horas. Lo cual, resulto bueno para mí, porque de lo contrario terminaría estrellándome contra uno.

— Okay...Vas bien. —me alentó.

— Ves... —dije, sin apartar la mirada de la carretera —. Los conocimientos han vuelto a mí.

— Yo creo que es porque tienes al mejor maestro. —me miró con una sonrisa presumida.

— No es verdad. Me has venido regañando todo el camino. —le puse mala cara.

— Em, te ibas a estrellar contra un árbol, ¿cómo querías que no te dijera nada?

— No es verdad, tenía todo bajo control. Solo me puse algo nerviosa. —intente aguantarme la risa.

— Em, llevábamos apenas 1 kilómetro. —me ladeó la cabeza.

— Bueno..., al menos ya no he enfrenado de golpe y no chocado con ningún árbol. —le puse una cara de angelito.

— Em, viene una curva pequeñita —me advirtió. — Hazlo como te enseñe...

— Como ordene señor...

TODO PARA NADA - PARTE 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora