━━━━ Un contrato que uniría dos vidas que no se conocen en lo absoluto. Una parte lo hace por su imagen y carrera, y la otra para que su empresa no se vaya a la ruina y mantener a salvo a una persona que ama.
Ella solo quiere, por lo menos, llevarse...
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Julio 2020 📍Milán, Italia
—¿Qué mierda te pensas que soy? ¿Tu títere?—Emilia se paró y miró furiosa a su padre.
No podía creer, ni siquiera podía asimilar, las palabras que habían salido de la boca de su progenitor.
—Es simple. Un amigo necesita ayuda, necesita a alguien que finja ser la esposa de la persona que representa por un tiempo, alguien que sea confiable. Y, claro, ¿quién mejor que la hija de su viejo amigo?
—Estoy bastante segura que ese "amigo" ni siquiera pensó en mi, esto es obra tuya —lo señaló con enojo—. Yo no estoy para tus jueguitos de mierda. Representas a un montón de modelos, búscate a una de esas. Conmigo no cuentes.
Agarró su cartera y se dispuso a irse con pasos rápidos y pesados. Cuando su mano estuvo a punto de tocar el picaporte, la voz de Javier –su padre– hizo que se detuviera en seco.
—Sino lo haces, tu madre va a ser quien sufra las consecuencias —su cuerpo se tenso. Lo sabía, Emilia sabía que él sería capaz, ya lo había hecho antes—. Aparte de que mandaré tu tan amada empresa, la que tanto te costó sacar adelante, directo a la quiebra.
Tragó saliva y se giró para mirarlo.
—No tenes como hacer eso —habló tratando de que no se note el temblor en su voz.
—Hija, fui yo quien te ayudó a sacar tu propia marca, prácticamente soy tu socio, ¿en serio pensaste que no tendría a alguien dentro? —apretó fuertemente sus manos en puños al distinguir la burla en su voz—. ¿Por qué pensas que Marina nunca me dejó? Porque sabía lo que pasaría con vos.
—Sos un hijo de puta —su voz se quebró—. ¿Por qué sos así? Ya ni siquiera te reconozco.
Sus ojos azules brillosos, debido a que estaban cristalizados, miraban directamente a unos idénticos a los suyos con incredulidad y decepción.
Era verdad, ya no quedaba ningún rastro del hombre que la crió. Javier solía ser una persona amable, bondadosa y cariñosa. Pero desde que empezó a trabajar como representante de modelos y comenzó a ganar mucha plata, cambió para mal. Se acostaba con sus clientes, se volvió ambicioso, distante, falso y hasta violento.
Y Marina era quien pagaba las consecuencias siempre si algo le salía mal o no le gustaba.
Al principio solo eran malos tratos, unos cuantos gritos y ya esta. Después empezó con los apretones y zamarreos, para finalmente terminar con golpes.
