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Jorge tiene 20 años, debe ir a estudiar los días de semana, salía de su casa a las 7:30 para dirigirse al bus que lo dejaba cerca de la Universidad en la que estudiaba.

Una mañana cómo cualquier otra, con mucho sueño y pocas ganas de ir a estudiar, miraba hacía la ventana intentando distraerse del cansancio y centrarse en la canción tan hermosa que iba escuchando con sus auriculares, hasta que algo, más bien, alguién, llamó su atención.

De pronto, un chico más o menos de su edad, se sentó a un lado de él, era de su misma estatura, tenía el pelo corto, no tanto, de color castaño oscuro y los ojos avellana.

Quién recién se había sentado, desde que había entrado al bus había fijado su vista en el jóven de pelo medianamente largo y rizado, nunca había visto a alguién tan... Atractivo.

Jorge volteaba su mirada hacía quién tenía a un lado, no podía parar de admirar tal belleza, llegó un punto en el que probablemente ya no estaba disimulando y se notaba lo mucho que se estába centrando en el otro chico, parecía cómo si estuviera analizando cada una de sus facciones, y al mismo tiempo, admirandolas por completo.

Se dió cuenta de lo poco discreto que estába siendo cuando el chico se levantó para marcharse, aparte de notar que sólo había estado mirándolo a él incluso siguiéndolo con la mirada cuando se bajó, notó que se había desconcentrado mucho de hacía donde iba y dónde estába, pues su lugar de destino lo había pasado ya hace un rato.

Tuvo que bajar rápidamente antes de que las puertas se cerraran ¿Habrá pensado el de pelo corto que el otro chico lo había estado espiando y siguiendo? Pues después de mucho rato en él que fué la única persona en la que se centró, se habían bajado en la misma parada.

Diego tenía 21 años, iba a la universidad y al mismo tiempo trabajaba en una cafetería, era agotador hacer ambas actividades, pero era un chico fuerte y alegre, así que solía ver el lado postivido de absolutamente todo y disfrutar cualquier actividad por más rutinaria y agotadora que fuera. Muy diferente a Jorge, quién por más de sólo estudiar, ésto ya era demasiado para él, tampoco era poco todo el esfuerzo que debía hacer en la Universidad, pero incluso las pequeñas cosas lograban hacerlo estresarse de más.

Él de pelo largo prefería estar con amigos, salir de fiesta, cosas de jóvenes, pero estudiar? Eso es muy aburrido! Aún es jóven y debería de aprovecharlo, no calentarse la cabeza pensando en las mil responsabilidades y tareas pendientes que tenía, bueno, al menos eso pensaba él.

Diego si se centraba mucho en sus estudios, aspiraba a muchas cosas para su futuro, y para conseguir todo lo que soñaba, prontamente había empezado a trabajar, y le encantaba! Atendía en una cafetería, hacía algunos de los pasteles que se vendían allí y le salían especialmente bien, le pagaban bien por ésto, también al tener que trabajar en las mañanas, era en las tardes cuando tenía que ir a estudiar, a diferencia de Jorge que iba en las mañanas. Disfrutaba de salir a caminar, tener charlas con sus amigos, cosas y planes tranquilos, no era muy de salir de fiesta.

Iban en la misma Universidad, pero no se percataron de ésto por la diferencia de horarios.

Jorge tenía una hora de descanso en la Universidad en la que le permitían salir de el establecimiento, y así hizo. Junto a su amiga Danna, tenían el plan de salir por ahí a desayunar.

- Conoces algún lugar? Sabes que yo no conozco muy bien por aquí. - Decía el de rizos mientras la chica miraba hacía todos lados cómo buscando en sus recuerdos un lugar que conociera.

- Creo recordar una cafetería aquí cerca, nunca he ido pero me la recomendaron, vamos? - Dijo la chica, Jorge asintió con la cabeza y fueron caminando hacía el lugar.

Una última vez. | DIORGEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora