hanagaki Takemichi, una persona de buen corazón con una hermosa personalidad, a la cuál cualquiera persona le gustaría estar con el. Un día como cualquier otro, el salva a un gatito de unos bravucónes , lo cual provoca que termine lastimado pero eso...
Un bonito atardecer se presentó en el hermoso cielo, un chico de ojos azules claro miró con admiración aquel atardecer que presenció. Aquel chico caminaba de regreso a casa, con bolsa en mano siguió caminando pensando en qué haría para cenar, con eso en mente empezó a caminar más rápido quería llegar lo antes posible a su casa ya que tenía hambre y mucho sueño.
Fijó su vista hacia el frente y vio el pequeño parque por el cuál tenía que pasar para poder llegar a su casa, y claro él no tenía problema con eso si no fuera por lo que vió. Unos chicos que no pasaban de la secundaria molestando a un gato... Miró como esos brabucones querían patinar al indefenso gato, al ver sus intenciones soltó la Bolsa y corrió a salvar al pobre gato.
Antes de golpear a esos brabucones, se detuvo unos segundos para saber quién era el líder de ese grupo estúpido y ¡bingo! Lo vio, volviendo a retomar su carrera hacía esos brabucones, tomó vuelo para darle un puñetazo en la mandíbula al "líder" y así dejarlo fuera de combate, y como lo predijo le dio el puñetazo lo cuál provoco que se desmayarse.
—Oigan... ¿Ustedes sabrán que existen personas que harían lo que sea con tal de defender a un animal?y si no lo sabían están viendo a uno de ellos, así que prepárese para una golpiza que jamás olvidarán.—
Los chicos al ver cómo habían noqueado a su líder les recorrió un escalofrío al saber que eso les pasará a ellos y hasta peor, uno de ellos agarro coraje–lo cual no debió aver hecho–y con una voz arrogante contestó.
—A-así..? Lo dudo mucho-miro con asco al ají azul y sonrió con arrogancia—, con ese cuerpo no creo que nos hagas aunque sea un rasguño.
Era cierto su cuerpo no era el más fuerte a simple vista pero si contaba con una resistencia del mil demonios y eso era una ventaja muy buena. Miró a los brabucones y se puso en posición de pelea no tan buena pero eficiente para no resivir tanto daño.
—Entonces... Adelanté y vean como este cuerpo les da una paliza, estúpidos. —
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En brazos llevaba a aquel minino con delicadeza ya que todavía estaba lastimado, con un poco de dificultades pudo abrir la puerta, empujó levemente la puerta para pasar. Al estar adentro caminó y dejó la Bolsa en la mesa de la cocina, volvió a caminar hacía su cuarto y dejó con gentileza al mínino. Y volvió a la cocina a cocinar para él,y el pequeño y nuevo invitado.
Soltó una pequeña risa al pensar en el nuevo invitado, volviendo en si agarró las cosas de la bolsa la cual tenía comida pre-cocinada e ingredientes para hacer comida simple, con eso en mente se dispuso a hacer la cena para él y el mínino, en el trayecto de eso sus pensamientos lo atacaron con brusquedad.
“Fué buena idea averme peleado? Y si me vienen a buscar por a verlos dejado con moretones?¿y si me vienen a buscar para terminar conmigo y el gato?”
¿Por qué hice eso?
Son las preguntas que se hacía y pasaban en su cabeza, se asustado muy fácil y era una persona muy tímida, al hacer eso si que lo sorpredio él tenía pensado dialogar tranquilamente con ellos para que dejaran al gato y darles una mini charla de porqué estaba mal lo que hacían, pero nunca pensó que su cuerpo hiciese eso. Y si que le dió miedo ya que no sabía y esos "niños" le podían haber dado una golpiza y vaya que se sorprendió más al ver que "ganó" la pelea-eso lo hizo feliz hasta cierto punto-, y claro él también se llevó uno que otros golpes pero no tan graves.
Volviendo otra vez en si con más calma, vio como casi se le quemo la comida, con rapidez apagó la estufa y se fijó que la comida no se hubiera quemado mucho. Soltó un suspiro de tranquilidad al ver que no se quemo la comida. Llevó la comida a la mesa y la dejó ahí camino a un estante para sacar dos platos y volvió a la mesa y sirvió la comida, ya al terminar agradeció que no había quemado su cocina preciada, sabía cocinar y así no provocaría un incendió.
Camino a su cuarto donde se encontraba el pequeño gato, tendría que hablar a una veterinaria para llevarlo y descartar posibles golpes críticos. Por lo mientras trataría de darle comida al gato ya que estaba muy flaco, si que debió sufrir mucho allá afuera.
—Hey gatito, te traje comida espero que te guste. —
Con calma habló, no quería asustar al gato, y con delicadeza dejó el plato abajo de su cama para después bajar al gato y así que él comiera. El gato al oler la comida –que olía jodidamente bien– empezó a devorar al plato, por otro lado al ver eso no pudo contener una adorable risa al ver al gatito comer.
—Hey, tranquilo amigo come despacio te puedes ahogar. —
Al ver cómo el gato por alguna razón le hizo caso empezó a comer lento, sonrió al ver eso y se sentó en su cama para también empezar a comer.
Al terminar de comer él y el gato, recogió los platos y los puso en su mesita de noche, cuando sintió su cachete un poco caliente dirigió su mano hacia su cachete y después la vio y o cierto... Sangre, se le olvido por completo que uno de esos niños le golpeó en su cachete con un vidrio -maldito tramposo- , suspiró pesadamente y caminó a hacia su baño para poder curarse.
Lo único bueno es que al ser muy propenso a lastimarse siempre tenía muchas cosas para curarse sus lesiones. Con eso en mente empezó a buscar en el baño alcohol, unas cuantas curitas y un algodón para limpiarse las heridas.
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—Bien gatito voy a bajar a lavar los trastes, tú puedes acomodarte por lo mientras, solo que no salgas de aquí ¿okey? Bien no tardaremos mucho.—
Al terminar de decir eso bajó a la cocina a limpiar y lavar sus trastes que después tendría que acomodar, fijó su vista al reloj que marcaba las 10:48 p.m, ““vaya que tarde”, se dijo así mismo. Terminó todo y volvió a su cuarto y Miró como el gatito se encontraba dormido de una manera muy tierna así que sacó su celular y le tomó foto.
Bostezo señal de cansancio así que se cambió de ropa a su pijama y se acostó con un poco de dificultades pero se logró acostar. Miró un momento el techo y pensó si esto que hizo fué buena idea pero eso lo dejaría para el Takemichi de mañana, así que se arropó y cayó dormido al cabo de unos cuantos segundos.
