Nowhere Man

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El paisaje montañoso, los árboles frondosos y verdes, el cielo claro, brillante y azul, decorado con blancas nubes de algodón, el sonido de las ráfagas de viento, del canto de las aves; y ella aparece con una sonrisa radiante, dando vueltas en el prado con un largo vestido, y empieza a cantar sobre el sonido de la música.

Desde su estreno en 1965, La Novicia Rebelde se proyecta en un ciclo sin fin en el cine más antiguo de Inglaterra, el Electric Cinema. Los empleados no entienden porque. Simplemente se reproduce en automático, una y otra y otra vez, y no hay forma de detenerla. A veces creen que el mundo podría terminar y la película seguirá proyectándose en la sala, por la eternidad.

Y están en lo correcto

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-Noté que tu estatura es menor que la mayoría. Menor que el promedio.- le dice Gabriel a un ángel desconocido que le había llamado la atención. Era lo único que se le había ocurrido para iniciar la conversación.—¿No sería mejor ser como los demás?

El ángel sonríe levemente y se encoge de hombros.

-Está bien ser diferente.

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En ocasiones, un hombre alto, de cabello negro, con un largo abrigo color gris claro y corbata lavanda asiste a una de las proyecciones infinitas de La Novicia Rebelde. Se ha convertido en toda una leyenda urbana. Se dice que simplemente aparece ahí, sentado en la butaca del centro, ni siquiera compra boleto o adquiere algo en la dulcería. También comentan que no ha cambiado en absoluto desde hace más de cincuenta años. Y que sus ojos combinan con la corbata.

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Dios ya no habla con Gabriel.

Gabriel es el mensajero divino, el ángel de la anunciación, el patrono de los comunicadores. Entre sus hazañas, se encuentra notificarle a María el nacimiento de Jesús y a Zacarías el de San Juan Bautista; aparecerse a múltiples profetas para compartirles las palabras del Altísimo, y advertirle a José sobre la sanguinaria persecución de bebés ordenada por el rey Herodes. Si hay un mensaje por enviar, es el ángel indicado para el trabajo. Pero, al parecer, ya no hay más mensajes. Sólo silencio...y El Gran Plan.

El día del Juicio Final, Gabriel tocará la trompeta que anunciará el fin de los tiempos, y quizás, Ella se acordará de él. Aunque sea por un instante.

<<Habrá un mundo. Y durará seis mil años. Y terminará en fuego y llamas>>

Cada día se acerca más.

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—Ser diferente atrae problemas.—señala Gabriel.

No pensaba que el ángel de cabello azabache fuera tan ingenuo para no saberlo.

—Somos ovejas en un rebaño y el pastor es indiferente.—le responde él, en tono desafiante.

—No me digas, ¿estás en el grupo de Lucifer, cierto? —Gabriel frunce el ceño, y susurra en un tono de voz más serio y secretivo—Escucha, eres alguien importante, un Trono o un Serafín, ¿no? Esa jerarquía te la dio Ella porque tiene planes para ti, tienes subordinados, no puedes simplemente tirar tu propósito por la borda.

—Pues ya lo hice. Esa jerarquía es todo lo que está mal aquí. Iremos a un lugar donde todos seremos iguales, aunque nos inventemos estúpidos títulos como, no lo sé, duques o algo así. Pero esa será nuestra decisión. Y también usaremos ropa diferente, el color blanco ya me da nauseas.

Gabriel no puede creer lo que escucha. Suspira, y desvía la mirada al suelo.

—Ahh... entonces... la rebelión es real. Pensé que era un rumor.

-Ajá. Y la guerra también. Hoy nos marchamos.

El Arcángel está confundido. No entiende a los ángeles errantes. Lo tienen todo y desean más. Entonces, le ofrece la mano y el otro ángel la estrecha.

—Mira, no es personal. Pero espero que les vaya terrible. Y que los castiguen

El ángel roda los ojos, fastidiado.

-Pues el resentimiento es mutuo.

-¿Sabes que nosotros ganaremos, cierto?- pregunta Gabriel, al tiempo que se liberan del apretón de manos.

-No, no lo harán. Si no ganamos, sólo será el comienzo de una larga rivalidad.

Gabriel asiente.

-Supongo que sí.

Quizás debería estar enojado, pero aquello es lo más interesante que le ha ocurrido en el lienzo en blanco de la creación desde hace mucho. Todos los ángeles son aburridos, la copia de una copia; y todos acuden a él pare pedirle algo o preguntarle cosas sin sentido: ¿A él que le importa si el diseño de las jirafas es excesivo en el cuello? ¿O si hacen un camello con una joroba y otro con dos? Era agradable encontrar a alguien original, aunque estuviera un poco corrompido. Estaba bien. Dios sabía lo que hacía. Esa guerra debía ser parte de su plan.

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Gabriel está completamente solo. Se lleva la mano a la barbilla, reflexivo, y ve a la civilización desde las ventanas del cielo. Desde ahí, observa a los edificios monumentales, y los rascacielos que construye la humanidad con la ilusión de alcanzar el corporativo del Paraíso.

Las personas que construyen esas piezas arquitectónicas no se ven, son minúsculas, pero ahí están. Gabriel a veces baja a la Tierra. Compra ropa de diseñador, corre un rato en los parques, va al Electric Cinema para ver la Novicia Rebelde por milésima vez y admira esa misteriosa estatua suya en un panteón de Edimburgo. La mira, y piensa en si mismo. En su propósito, en su futuro, en todo. Se pregunta cuándo se caerá esa fachada de control y seguridad que tanto le ha costado crear, ¿qué será de él cuando el cielo se de cuenta de que en realidad no sabe lo que está haciendo y que nunca lo supo?

¿Qué pensarán cuándo descubran que Dios no se ha comunicado con él en milenios y que básicamente están a la deriva y que todo depende de tener fe ciega en el Gran Plan? Porque la culminación de ese plan debe de llevar a algún tipo de revelación final o algo, ¿no?

Gabriel odia eso. Se siente abandonado. Pero la humanidad debe sentirse peor.

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-<<Usted tiene una gran capacidad para amar. Lo que tiene que averiguar es dónde quiere Dios que dé su amor.>>

-<<Pero he dado mi vida a Dios. He ofrecido mi vida a su servicio>>

Gabriel siente un nudo en la garganta.

-<<Que usted ame a ese hombre no quiere decir que ame menos a Dios... no. Debe averiguarlo, debe regresar>>

En la película, la reverenda madre le dice a la joven María que tiene que afrontar sus problemas y vivir la vida para la que nació, para después cantar sobre "escalar cada montaña, superar cada corriente, seguir cada arcoíris, hasta encontrar sus sueños".

Gabriel siente que algo tibio y húmedo surge de sus ojos y recorre sus mejillas. Lo limpia con su mano. Es agua. Observa la sustancia como si fuera extraña. No recuerda su nombre...

-Lágrimas- dice otra voz, como si hubiera leído su pensamiento. Es la voz de su acompañante , de traje negro y sombrero de bombín. Le sonríe dulcemente y toma su mano- No sabía que llorabas.

-No lo hacía- admite Gabriel.  Ha visto esa película incontables veces, y ahora, por primera vez, entiende lo que significa.

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⏰ Last updated: Jun 06 ⏰

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