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001 - Jota

« No quiero mirar nada más ahora que te vi, no quiero pensar en nada más ahora que pienso en ti. »

Taylor Swift — Daylight.

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Luego de tantas personas pisoteando mi corazón y haciéndome pensar que esto del amor no era para mi conocí a Josejan.

Era una fan de Wiplash promedio, vivía enamorada de Saracho y jamás pensé que podría llegar el día en que los conocería y que estaría tan enamorada como lo estoy ahora mismo, claro que con un par de cambios en el camino (me termine enamorando del vocalista).

Sin embargo la vida y el destino es algo incierto, jamás te esperas las cosas que suceden, jamás esperas tener un poco de suerte (como lo llamaba yo).

— Es para ti — me extendió una margarita y la tome de inmediato — Feliz día de las flores amarillas.

— Gracias amor— dije con felicidad acercándome a abrazarlo suavemente.

— No hay de que, me gusta como brillan tus ojos cuando te doy cosas que te gustan — acaricio mi cabello dejando un beso en mi coronilla y no pude evitar esbozar una enorme sonrisa.

— ¿Qué haremos hoy?— me separé un poco para luego caminar y poner la flor en un florero con agua.

— Tengo ensayo a las 6, ¿Quieres venir? — preguntó mientras lo veía sentarse en uno de los sillones.

— Suena bien, me gusta verlos ensayar — deje el florero en el centro de mi mesa y me acerqué a mi novio.

Apoye mis manos en el respaldar del sofá y pase mis piernas a los lados de su cintura sentándome a horcadas sobre el, este sonrió y comencé a acariciar sus rulos con cariño.

A veces solo necesitamos la cercanía y mimos del otro para estar bien, yo lo necesitaba cerca más que nada, amaba a mi novio mucho, mucho, demasiado.

— Entonces puedes venir pero solo tienes permitido ver al vocalista, nada de mirar a otro lado eh — advirtió con un aire divertido y asentí rápidamente.

— No quitaré los ojos de mi futuro esposo nunca— lleve una mano a mi pecho a la altura de mi corazón— Lo juro.

— Eso espero futura señora Moore, la voy a tener vigilada— soltamos una risa juntos.

Luego de eso comenzamos una larga sesión de besos y mimos que terminó con nosotros en mi cuarto recreando el coro de adictos al pie de la letra.

Nos dimos un baño y decidimos almorzar comida china antes de ir al estudio donde ensayaban.

(...)

— Es un milagro que llegarás temprano...— Daniel se dirigió a mi novio sin darse cuenta de mi presencia aún.

— Si bueno, andaba cerca — mi novio que era un poste se hizo a un lado dejándome ver.

— ¡Hola! — me saludo el bajista con notable entusiasmo— Ya decía yo que era un milagro, gracias por traerlo temprano.

— Siempre es un gusto— dije cortamente sonriendo.

— ¿Diego y Smoke? — preguntó mi novio al fin luego de dar una mirada rápida al lugar donde evidentemente no estaban sus compañeros.

— Fueron a comprar algo para comer— el bajista comenzo a tocar su guitarra entretenido en esta acción— No almorzaron al parecer.

— Ay estos pendejos — el ojiverde volteo a verme jalandome hacía él abrazándome.