If You Love Me. Cedric Diggory [EN PAUSA]

01: Spiders

Capítulo Uno ／  Arañas

Cedric Diggory'

Siempre me ha desagradado Evelyn Belrose. La única cosa que trae a mi vida es mala suerte. Comenzó el primer día del primer año, cuando nuestros padres nos presentaron en King Cross. Por supuesto, de todas las personas, mis padres tenían que ser amigos de los de Evelyn Belrose. Mientras estábamos en la estación, mis padres se habían encontrado casualmente con James y Cherie Belrose.

—Oh ¡Cherie! Hace tiempo que no nos veíamos. —mi madre exclamó mientras le daba un abrazo.

—¿Cómo han estado? —preguntó el Señor Belrose.

Los adultos siguieron conversando y poniéndose al día, ignorando la presencia de otras personas. Eso hasta que la señora Belrose sugirió—. ¿Por qué no se presentan? —hizo un gesto hacia mi y una chica de pelo suave y castaño oscuro, que me había estado mirando durante toda la conversación. Me había hecho sentir un poco incómodo, pero aún así intenté ser amable.

—Evelyn, Evelyn Belrose. —Ella habló con confianza ofreciéndome su mano.

—Cedric Diggory. —Sonreí un poco, sacudiendo rápidamente su mano.

La conversación de nuestros padres siguió rápidamente luego de nuestra incómoda presentación. Mientras ellos seguían hablando, Evelyn y yo encontramos un lugar en donde nos sentamos hombro a hombro. Evelyn estiró sus piernas y comenzó a moverlas ligeramente hacia adelante y hacia atrás.

—Entonces, ¿Entras a primer año? —Ella preguntó.

—Sí, ¿Tú también? —a lo que ella respondió con un asentimiento.

—¿En qué casa crees que estarás?

—Quizá en Hufflepuff, mi mamá y mi papá estuvieron ahí. ¿Y tu?

—No estoy segura... Mi mamá estuvo en Ravenclaw y mi papá en Slytherin, así que quizá alguna de esas. —ella respondió.

Antes de que pudiera decir algo más, mi mamá nos dio una señal para volver. Juntos, todos caminamos por el borde antes de separarnos en distintas direcciones. Antes de subir al tren, le aseguré a mis padres —más a mi mamá— que iba a estar bien.

—Adiós, recuerda escribirnos. —Mi mamá lloró un poco demasiado, lágrimas en los bordes de sus ojos.

—Trata de ir a Hufflepuff. —Mi papá me recordó, recibiendo una mirada de mi madre, a lo que añadió—, Sin presiones.

Subí al tren, buscando la ventana más cercana para poder despedirme de ellos en lo que el tren empezaba a andar. Intenté encontrar un compartimento vacío, eventualmente encontrando uno en donde había un niño delgado con pelo castaño igual que el mío, pero estaba muy ocupado con la ventana como para notarme.

—¿Puedo sentarme aquí? —pregunté, a lo que el quito su atención de la ventana.

—No. —respondió en blanco.

—Oh- ahm, okey. —Balbuceé, dándome la vuelta para irme del compartimento hasta que el niño volvió a hablar.

—Estoy bromeando, no necesito tanto espacio. —se rio mientras señalaba el compartimento.

—Soy Cedric Diggory. —sonreí un poco con mas confianza que antes, sentándome en frente de él.

—Caspian Fioretti.

Hicimos clic al instante y seguimos hablando durante todo el viaje a Hogwarts—. Regresaré enseguida. —me disculpé, saliendo de nuestro compartimiento. A mitad de camino al baño, ¿Adivinen con quien me había encontrado? Evelyn Belrose. Mis pies tropezaron accidentalmente con los de ella, lo que nos hizo caer a ambos y ella aterrizó encima de mí. ¿Qué tipo de escena de libro era esta? Ambos nos disculpamos y tomamos caminos separados. Pensé que eso era todo.

No fue hasta que todos llegamos a Hogwarts, donde todos los de primer año estaban amontonados en un grupo afuera del Gran Salón. Todos murmuraban, señalando a Evelyn y a mí. Resulta que ella había difundido rumores sobre el "beso" que compartimos en el tren. Pero eso fue solo el comienzo. A lo largo del año me convertí en una de las víctimas de las bromas de ella y sus amigos.

En segundo año mis amigos me dijeron que me estaba buscando. Estaba caminando sin rumbo por el pasillo del tren, antes de aparecen en su línea de visión. Intenté disimular, de hacer como si no la veía, caminando en la dirección opuesta—. ¡Cedric! ¡Espera! —gritó, siguiéndome. Una vez que la perdí, me escondí en el baño hasta que ella finalmente dejó de intentar encontrarme.

El tercer año no fue mejor. Lee Jordan había "perdido" una tarántula justo antes de que comenzara a andar el expreso de Hogwarts. Mis cuatro amigos de Hufflepuff y yo estábamos preocupados con nuestras propias conversaciones antes de que Evelyn entrara y preguntara—: ¿Alguno de ustedes ha visto una tarántula? —todos respondimos que no, a lo que ella se fue y continuó preguntando a los compartimentos que nos rodeaban.

—¿Cómo alguien pierde una araña? —Caspian comienza.

—Escuche que un tonto de primer año perdió un sapo. —se rió mi amiga rubia, Ivy.

—No hay forma de que hayan perdido accidentalmente una araña. —me reí, metiendo la mano a mi bolso para sacar algo. Una vez que mi mano rozó algo peludo, grité y di un paso hacia atrás. Mis acciones hicieron que el bolso cayera, allí, posaba una tarántula, junto con una galleta fresca.

—Wow, Cedric ¿La robaste? No sabía que eras tan mezquino. —se rió Daniel

—Oh, ándate a la mierda. Apuesto a que la metieron en mi bolso. —dije mientras observaba la galleta.

—No lo sé... —dijo Colby vacilante.

—¿Por qué otra razón habría una sola galleta en mi bolso? Y sin envoltorio además...

—Como sea... —Ivy se interrumpió con un grito mientras retrocedía en su asiento, tratando de alejarse lo más posible de la araña—. Como sea. —se corrige—. A quien le importa. —puso los ojos en blanco—. Sólo devuélveles la maldita araña para que puedan aterrorizar a otro compartimiento.

—No la voy a tocar. —me estremecí.

—Yo tampoco —dijo Daniel asqueado.

—Debiluchos —nos señala Caspian a todos. Se acercó para agarrar la araña, antes de decir—: Sí, no importa. —abrió la puerta del compartimiento y gritó—. ¡Oye Belrose! ¡Aquí está tu araña! —En lugar de Belrose, fue Jordan quien vino a buscarla felizmente.

Los años siguientes no fueron diferentes. Siempre quedaba atrapado en sus bromas y sus problemas. Incluso había tratado de ganarme la reputación de "playboy" en nuestro cuarto año, con la esperanza de que eso la alejara. Pero obviamente eso no funcionó y ella seguía molestándome.

Como dije, todo lo que hacía era traerme problemas innecesarios.