~Prólogo~
Eleonor de Secramise
Segunda princesa del imperio de Arbezela
"La pequeña rosa roja"
Algo que se podria describir a tan peculiar mujer para todos era la palabra "perfecta"
"Una joven de incomparable belleza"
"Una chica de incomparable inteligencia"
"Una princesa de incomparable talento"
"Una dama de incomparable determinación"
Pero...
Había algo que les faltaba...
"Una mujer de incomparable astucia"
Todos pensaban en la inocente y amable segunda princesa
Pero algo que ignoraban absolutamente de tal joven, era de quienes salió tan "perfecto" ser.
Ya que en el fondo, la princesa había heredado las mejores, peores, más terroríficas o más útiles cualidades de sus padres; depende de donde se mirase.
Por dentro, esa chica era hija de el emperador Jaider de Secramise y Benela Verdi hasta los huesos.
Una manipuladora, codiciosa, calculadora, lujuriosa y bella rosa; Una rosa tan espinosa como bella.
Aunque el único motivo de su actuar era por sus genes y con un solo objetivo en mente
"Sobrevivir"
A esta dama le tocó observar hasta que punto era capaz de llegar alguien por el poder; siendo su propia madre el perfecto ejemplo.
Ella observó cómo su gente sufría por la avaricia de los nobles, por esto mismo ella se juro a si misma que sobreviviría a toda costa.
"Las personas que son amables y bondadosas solo son inocentes, se comportan ignorantes ante el hecho de que el mundo es sumamente cruel; por esto mismo es que la gente codiciosa y más astuta es la que eventualmente dominará al resto sin que se den cuenta. Una persona ignorante no puede llegar al trono, pues siempre habrá una persona arriba de ella. En este momento, me alegra decir que soy quien mueve las fichas de esta tan interesante partida de ajedrez contra el mundo"
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La rosa más espinosa del rosal (las joyas de la princesa)
Random-recuerdalo Ariana, las rosas son bellas, pero tienen espinas, unas más que otras, unas son más grandes otras más filosas, así es como se protegen del mundo y de las otras rosas. Esta no es una competencia por cual es la rosa más bella, si no la que...
